Yihadismo y cambio climático, principales enemigos de la seguridad del Sahel

Yihadismo y cambio climático, principales enemigos de la seguridad del Sahel

El terrorismo yihadista, junto a la desertificación de la región, amenazan la seguridad de la zona del Sahel

AFP/ MICHELE CATTANI – Un soldado maliense patrulla la orilla del río en Konna el 20 de marzo de 2021

JOSÉ MARÍA MARTÍN
Atalayar

Si bien la zona del Sahel atraviesa una situación de inestabilidad que no supone una novedad en la región, existen dos factores que preocupan sobremanera a los responsables de los Gobiernos de la zona. Tanto el terrorismo yihadista como el cambio climático son dos amenazas ya conocidas de hace tiempo, pero que recientemente se han convertido en los dos mayores quebraderos de cabeza que tiene el Sahel debido a la reciente evolución de ambos. Y para adentrarse en sendas amenazas, el Instituto de Política Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria ha organizado una serie de encuentros bajo el nombre de ‘Diálogo Sahel-Europa’, centrando su segundo episodio, celebrado el lunes 22 de marzo, en el terrorismo yihadista y el cambio climático, como los dos elementos más desestabilizadores del Sahel.

La ponencia centrada en el problema climático, moderada por María Dolores Algora, doctora en Historia Contemporánea y analista del Instituto del Centro de Seguridad Internacional IPI- UFV, dejó muchas claves entorno a cómo afrontar esta amenaza. Una de ellas, sobresaliente a todas las demás era la explicada por Abakar Mahamat Zougoulou, director Científico y Técnico de la Agencia Panafricana de la Gran Muralla Verde. Precisamente, la iniciativa bajo el nombre de la Gran Muralla Verde es la que pretende combatir lo que él mismo considera “un problema de responsabilidad pública” y que define como “un proyecto por y para la población, en la que hay que tener en cuenta la riqueza actual que sigue existiendo”.

Sin embargo, existen visiones que intentan arrojar algo de calma al impacto del cambio climático en el terreno del Sahel. Oriol Puig, doctor en Antropología Social, afirma que “no hay evidencias científicas de que el Sahel se está desertificando”, es decir, puede que exista una visión más alarmista de la situación que realmente se vive. Además, Puig quiso hacer hincapié en las consecuencias que tienen ciertas acciones, como puede ser la de Europa respecto a la migración procedente del norte de África, ya que cree que tienen un efecto contraproducente. Es más, “la Unión Europea debe ser un actor fundamental en la lucha que está llevando a cabo el Sahel contra el Cambio Climático”, según el doctor en Antropología Social.

Issa Garba, coordinador y fundador de la Red Juvenil Española Nigeriana Sobre el Cambio Climático, fue otra de las figuras más destacadas durante la ponencia. Al contrario que Oriol Puig, afirmaba que la desertificación es ya un hecho. Y no sólo eso, sino que estaba afectando a miles de familias que debían abandonar sus hogares en busca de nuevas regiones en las que “la actividad agrícola no sea un desastre”. Y es que el hecho es que los recursos del Sahel son cada vez menores y están dejando a una gran parte de la población de los países que componen el Sahel desamparados ante una situación de precariedad que no parece tener una solución a corto plazo. No obstante, varios de los ponentes coinciden en que aplicar políticas locales podría suponer un gran punto de inflexión en la tendencia a la baja que arrastra el Sahel.

Si la solución al cambio climático es de una complejidad aterradora, la del terrorismo yihadista no se queda muy atrás. La lucha contra las organizaciones terroristas que llevan décadas asolando a la población, no sólo de África – quien, por supuesto, ha sido el mayor damnificado –, sino la de todo el mundo, es crítica. Beatriz de León Cobo, investigadora especializada en radicalización violenta en el Sahel y analista del Centro de Seguridad Internacional IPI- UFV, mostraba cierta perplejidad cuando mencionaba el surgimiento de la actividad terrorista en esta región, ya que cree que “nadie esperaba una radicalización yihadista en el Sahel, no era una región con esa tendencia ideológica”.

No existe una explicación para la radicalización que está sufriendo países como Mali, que desde el año 2013 se está viendo golpeado por la actividad terrorista. Precisamente por eso “hace 10 años no podíamos hablar de radicalización”, explica Mohamed El Moctar Ag Mohamedoun profesor de la Escuela de la Paz Alioune Blondin BEYE, experto en conflicto intercomunitarios y comisario de la Comisión de Verdad, Justicia y reconciliación de Mali. En muy poco tiempo se ha sufrido una escalada de las acciones terroristas que tienen complicado encontrar su porqué. Aunque, una de las causas puede estar en la dejadez que han mostrado muchos países del Sahel en lo que respecta a educación, como ha argumentado Patricia Rodríguez González, directora de Child Heroes, que dice “hay muy pocas medidas para frenar la formación radical de los jóvenes”.

Por supuesto que no todo es consecuencia de la educación. Aspectos como la fatal gestión llevada a cabo por los diferentes Gobiernos de la región en cuanto al fanatismo religioso, así como la devastadora situación económica en la que se ven sumidos la gran inmensidad de países del Sahel, son factores clave que se deben tener en cuenta a la hora de analizar las causas de este avance de la radicalización. El propio Mohamed El Moctar mencionó el punto extremo en el que se encuentran países como Mali, donde “los yihadistas imponen su ley y las personas se ven obligadas a obedecer”.

Hasta ese punto ha llegado una situación para la que expertos como los reunidos en el foro de ‘Diálogo Sahel-Europa’ no saben encontrar un origen. Y aún sin saber dónde se pudo hallar el germen que ha derivado en esta situación, hay una visión tan pesimista como realista que todos los ponentes comparten y que Beatriz Mesa, doctora en el Sahel y periodista corresponsal en el Sahel, verbalizó ante el reparo del resto de sus compañeros a hacer tal afirmación: “La violencia no se puede combatir con violencia, se debe negociar para mejorar la situación, pero nunca va a haber paz en el Sahel”.