El futuro del cuidado de personas mayores: la integración de robots y tecnología en la atención sanitaria

Los robots y la tecnología emergente tienen un gran potencial para mejorar la atención a las personas mayores, abordando el envejecimiento de la población y la escasez de personal sanitario. Innovaciones como robots asistentes, algoritmos de predicción y hospitales en casa están cambiando el panorama de la atención sanitaria, mientras se enfrentan a desafíos y limitaciones.

Es indudable que los avances tecnológicos, en especial los robots, serán una pieza clave en las innovaciones para el cuidado de personas mayores en el futuro cercano. Dado el envejecimiento progresivo de la población y la creciente escasez de personal de atención sanitaria, la necesidad de encontrar soluciones alternativas y efectivas se ha vuelto más imperativa que nunca.

En este contexto, los robots han comenzado a hacerse un lugar en la atención a personas mayores, ofreciendo una amplia gama de servicios que van desde la asistencia en tareas cotidianas hasta la monitorización de signos vitales. El desarrollo de una nueva generación de robots asistentes puede ayudar a los adultos mayores en tareas como levantarse de la cama, servir alimentos, administrar medicamentos y brindar compañía.

Usando tecnología para detectar problemas de salud y trayendo el hospital a casa

A priori, el uso de robots asistentes puede desempeñar un papel significativo en la detección y prevención de problemas de salud. En 2020, la revista Nature publicó un estudio en el que se utilizó inteligencia artificial y aprendizaje automático para predecir enfermedades cardíacas en adultos mayores con una precisión del 90%. Este tipo de avances podría permitir a los profesionales de la salud brindar intervenciones tempranas y mejorar la calidad de vida de las personas mayores con la información proporcionada por sus cuidadores robotizados.

En paralelo, la implementación de programas de atención a personas mayores donde los pacientes son tratados en sus propios hogares son otro ejemplo de cómo la tecnología puede cambiar el panorama de la atención sanitaria. Estos programas tienen el potencial de reducir costes, disminuir la carga sobre los sistemas de salud y aumentar la comodidad y satisfacción de los pacientes. A priori, esto puede ser beneficioso para todo el sistema, o así lo parecen demostrar algunos proyectos de prueba. Según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) en 2020, los pacientes que participaron en programas de atención domiciliaria tuvieron una reducción del 38% en las visitas al hospital y una disminución del 36% en los costes de atención en comparación con aquellos que recibieron atención en instalaciones tradicionales.

Humanoides cuidando de humanos mayores

Ya existen varias empresas que están trabajando en el desarrollo de soluciones robóticas para el cuidado de las personas mayores. Algunos de los más conocidos y avanzados son, por ejemplo, Toyota y su Human Support Robot (HSR), un robot de asistencia para personas mayores y personas con discapacidades. Este robot es capaz de realizar tareas como recoger objetos, llevar bandejas y abrir puertas, entre otras actividades cotidianas. El HSR está diseñado para ser fácil de controlar y puede ser operado a través de una interfaz de usuario intuitiva.

SoftBank Robotics y su robot «Pepper» es otro ejemplo conocido. Pepper es un robot humanoide que puede interactuar con las personas de manera natural y comprensiva. Aunque no está específicamente diseñado solo para el cuidado de personas mayores, puede adaptarse para este propósito, brindando compañía, comunicación y apoyo emocional a los adultos mayores y también puede usarse para recordarles acerca de sus medicamentos, citas médicas y otros aspectos importantes de su cuidado.

En el campo de la movilidad, Cyberdyne y su exoesqueleto «Hybrid Assistive Limb» (HAL) ayuda a las personas mayores con movilidad limitada. El sistema HAL detecta las señales eléctricas que los músculos envían al cerebro y utiliza esta información para asistir en el movimiento de las extremidades, mejorando la fuerza y la capacidad de desplazarse de personas con dificultades para ello. Esto puede permitirles realizar tareas cotidianas de forma más independiente y reducir el riesgo de caídas y lesiones. Luego está Intuition Robotics y su robot «ElliQ». ElliQ es un robot de compañía diseñado específicamente para abordar la soledad y el aislamiento, especialmente importante en las personas mayores, que utiliza inteligencia artificial para interactuar con los usuarios de manera natural y sugerir actividades que podrían disfrutar, como escuchar música, ver videos o hacer ejercicio. También puede facilitar la comunicación con familiares y amigos a través de videollamadas, mensajes de texto y redes sociales.

¿Presenta ventajas la inversión en robótica y tecnología para el cuidado de una sociedad cada vez más envejecida?

Según un estudio de Amanda y Noel Sharkey (Granny and the robots: ethical issues in robot care for the elderly, Springer) invertir en robótica y avances tecnológicos para el cuidado de personas mayores puede ser más conveniente que depender únicamente de personal humano debido a una variedad de factores interconectados. En primer lugar, la población mundial está envejeciendo rápidamente, lo que genera una mayor demanda de atención a personas mayores. El envejecimiento de la población mundial es un fenómeno que está experimentando un crecimiento significativo en las últimas décadas. Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las Naciones Unidas, se espera que la proporción de personas mayores de 60 años en el mundo aumente de aproximadamente el 12% en 2015 a alrededor del 22% en 2050. Esto significa que el número de personas mayores en la sociedad casi se duplicará en este período, pasando de aproximadamente 900 millones en 2015 a cerca de 2 mil millones en 2050. Sin embargo, la cantidad de trabajadores sanitarios y cuidadores disponibles no está creciendo al mismo ritmo, lo que resulta en una escasez de personal que solo, al menos actualmente, la tecnología y los robots pueden ayudar a cubrir, permitiendo a los profesionales de la salud centrarse en tareas más especializadas y complejas, mientras que los robots asumen responsabilidades más rutinarias y mecánicas.

En otro aspecto del tema, la implementación de tecnología y robótica en el cuidado de personas mayores puede mejorar la eficiencia y reducir los costes asociados con la atención médica, pues los robots pueden funcionar las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin necesidad de descansos ni vacaciones, lo que permite una atención ininterrumpida, especialmente con pacientes que requieren una monitorización y asistencia continua. En paralelo, pueden reducir la carga de trabajo y el estrés de los cuidadores humanos y profesionales sanitarios, quienes a menudo enfrentan condiciones laborales difíciles pues el cuidado en el hogar del paciente no siempre está exento de mayores dificultades que el cuidado más estándar en un hospital. Esto, a su vez, podría mejorar la calidad de la atención y la satisfacción de las personas con necesidad de asistencia.

Según un estudio de Broekens, J., Heerink, M., y Rosendal, H. titulado Assistive social robots in elderly care: a review, publicado en la revista Gerontechnology, otro argumento a favor de invertir en robótica y tecnología es la capacidad de estos sistemas para proporcionar monitorización y análisis de datos en tiempo real, lo que puede mejorar la detección temprana de problemas de salud y permitir intervenciones más rápidas y efectivas sobre las personas que están siendo cuidadas. En estos casos, algoritmos de inteligencia artificial y aprendizaje automático analizan patrones en signos vitales y otros indicadores de salud para predecir y prevenir complicaciones médicas antes de que se conviertan en problemas graves.

¿Cómo tendría que cambiar la psicología humana para aceptar que un robot pueda cuidar de una persona mayor?

Si la sociedad ha de aceptar, por necesidad o por eficiencia para el sistema médico, la convivencia con robots que cuiden de nuestros mayores, la humanidad necesita un cambio psicológico al respecto. El proceso de adaptación para aceptar que un robot pueda cuidar de una persona mayor implica cambios en la percepción y el entendimiento de la sociedad en cuanto a la relación entre humanos y máquinas. En primer lugar, es necesario superar las barreras psicológicas y emocionales que puedan existir al concebir a los robots como cuidadores y esto implica educar y concienciar a las personas sobre las capacidades de los robots y sus potenciales beneficios en la atención a personas mayores, destacando cómo pueden mejorar la calidad de vida y proporcionar una atención efectiva y eficiente.

Además, es fundamental fomentar la confianza en los robots como cuidadores. Esto puede lograrse mediante la exposición gradual a la tecnología, donde las personas mayores y sus familiares puedan interactuar con robots en entornos controlados y seguros, permitiendo que se familiaricen con su funcionamiento y capacidades. A medida que experimenten cómo los robots pueden brindar asistencia y mejorar su calidad de vida, podrían aumentar su confianza en estos dispositivos y estar más dispuestos a aceptarlos como cuidadores llegados el caso de que sean necesarios.

Preocupaciones éticas y de privacidad

No menos importante es abordar y aliviar las preocupaciones éticas y de privacidad relacionadas con la implementación de robots en el cuidado de personas mayores. Esto incluye establecer regulaciones y directrices claras para garantizar que los robots sean programados y utilizados de manera ética, respetando la dignidad, autonomía y privacidad de las personas mayores. La transparencia en el diseño y funcionamiento de los robots, así como en la recopilación y uso de datos, también es crucial para abordar estos problemas y generar confianza en la tecnología.

El mal uso de los datos médicos recogidos por los cuidadores robóticos de personas mayores puede tener varias consecuencias graves. Una de las principales preocupaciones es la violación de la privacidad. Los datos médicos son información personal y sensible que, si cae en manos equivocadas, puede conducir a situaciones de discriminación o estigmatización. Además, las personas mayores pueden sentirse invadidas en su vida privada si su información médica no se maneja con cuidado y discreción.

Otro problema potencial relacionado con el mal uso de los datos médicos es el riesgo de fraude y robo de identidad. Si los datos recopilados por los cuidadores robóticos no están debidamente protegidos y almacenados, pueden ser vulnerables a ataques cibernéticos y accesibles para delincuentes que buscan aprovecharse de esta información. El robo de identidad puede tener graves consecuencias financieras y emocionales para las personas mayores, así como también dificultar su acceso a servicios y atención médica.

Los robots como herramienta, y no como sustitutos del cuidado personal de nuestros mayores

El envejecimiento de la población mundial plantea desafíos significativos para los sistemas de atención médica, la seguridad social y la economía en general. A medida que la proporción de personas mayores en la población aumenta, también lo hace la demanda de atención médica y servicios de apoyo a largo plazo, lo que ejerce presión sobre los sistemas de atención médica y los recursos gubernamentales. A la vista de este escenario previsto para las próximas décadas, es esencial fomentar la colaboración entre humanos y robots en el cuidado de personas mayores, en lugar de percibirlos como reemplazos de los cuidadores humanos.

Los robots pueden complementar y apoyar el trabajo de los profesionales de la salud y los cuidadores, permitiéndoles centrarse en tareas que requieren una mayor empatía, intuición y habilidades interpersonales. Al adoptar un enfoque integrado y colaborativo, las personas mayores y sus familias pueden percibir a los robots como una valiosa adición al sistema de atención, en lugar de una amenaza a la relación humana y el cuidado personalizado.

La culpa es un sentimiento muy humano

En este aspecto, es posible que algunas personas puedan experimentar sentimientos de culpa al dejar el cuidado de sus familiares en manos de robots en lugar de dedicar recursos humanos para ello. La idea de que las máquinas reemplacen la interacción humana en un ámbito tan personal como el cuidado de nuestros seres queridos puede generar preocupaciones éticas y emocionales y esto se debe a la percepción de que la atención humana es insustituible y que la empatía, el amor y la conexión emocional que los seres humanos proporcionan en el cuidado no pueden ser replicados por robots.

Por otro lado, es fundamental tener en cuenta que el enfoque en la atención de personas mayores no debe centrarse en la sustitución completa de los cuidadores humanos por robots, sino en cómo la tecnología y los robots pueden complementar y apoyar el trabajo de los cuidadores. Los robots podrían encargarse de tareas repetitivas o físicamente exigentes, lo que permitiría a los cuidadores humanos centrarse en aspectos emocionales y en establecer relaciones significativas con las personas mayores.

Para abordar este sentimiento de culpa, la sociedad debe reevaluar y repensar cómo se utilizan los recursos humanos y tecnológicos en el cuidado de las personas mayores. En lugar de considerar la tecnología robótica como un reemplazo de la atención humana, debe verse como una herramienta que puede mejorar la calidad de vida de las personas mayores y aliviar la carga de los cuidadores y profesionales sanitarios. La clave está en encontrar un equilibrio adecuado entre la atención humana y el apoyo tecnológico, de modo que las personas mayores reciban el cuidado integral y personalizado que necesitan.

Un tema que veremos con mayor recurrencia cada año que pase

Es crucial tener en cuenta que, en muchos países, el envejecimiento de la población y la escasez de personal de atención están generando una creciente demanda de soluciones innovadoras en el cuidado de las personas mayores. La creciente proporción de personas mayores en relación con la población en edad laboral genera ya desafíos económicos como la disminución en la fuerza laboral y un aumento en los costos de atención médica y pensiones. En este contexto, la implementación de robots y tecnología de asistencia puede ser una respuesta necesaria y beneficiosa para garantizar que las personas mayores reciban la atención adecuada y para prevenir la sobrecarga de los cuidadores humanos.

En última instancia, la aceptación de robots y tecnología en el cuidado de las personas mayores debe ir acompañada de un cambio de mentalidad en la sociedad. Se debe educar y concienciar a las personas sobre las capacidades de los robots y cómo pueden mejorar el cuidado de las personas mayores, al tiempo que se abordan las preocupaciones éticas y emocionales. Al adoptar un enfoque equilibrado y colaborativo, la humanidad puede aprovechar al máximo los avances tecnológicos y robóticos en la atención a las personas mayores sin sacrificar la conexión humana y el cuidado personalizado.

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