¿Marca la retirada de las tropas estadounidenses de Níger un cambio de rumbo en la estrategia americana en la región?
Vivek Mishra, Fellow at the Observer Research Foundation.
Samir Bhattacharya, Associate Fellow at the Observer Research Foundation.
En el contexto de un rápido retroceso de su influencia global, Estados Unidos enfrenta un nuevo desafío en África, concretamente en Níger. La retirada escalonada de tropas tanto francesas como estadounidenses, iniciada con la salida de las fuerzas francesas a finales del año pasado, refleja una tendencia en el denominado «cinturón golpista» de África, donde las fuerzas occidentales están siendo reemplazadas por la presencia militar rusa. Esta dinámica no es nueva; durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética libraron varias guerras indirectas en África, como la guerra de Ogaden entre Etiopía y Somalia, y el conflicto en Angola. Sin embargo, la actual situación parece indicar que Estados Unidos podría estar cediendo terreno a Rusia en una región crítica, donde sus esfuerzos antiterroristas han sido fundamentales para frenar el avance de grupos como el Estado Islámico y Boko Haram en el Medio Oriente y África del Norte.
En años recientes, organizaciones terroristas como Jamaat Nusrat al-Islam wal-Muslimin (JNIM), afiliada a Al-Qaeda, y el Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS) han ganado fuerza en la región. La retirada de Estados Unidos de Níger significaría la pérdida de dos bases militares vitales en la lucha antiterrorista regional, donde actualmente se encuentran 1.000 soldados estadounidenses.
Durante el último año, las tropas estadounidenses en Níger cesaron de entrenar y asistir activamente a las fuerzas nigerinas, aunque su mera presencia ofrecía una forma de resistencia contra las fuerzas yihadistas. Con la retirada pactada, décadas de esfuerzos antiterroristas podrían desmoronarse, impactando significativamente las futuras estrategias en la región. Las tensiones entre Estados Unidos y la Junta de Níger se agudizaron en torno al cronograma de la transición hacia un gobierno civil, donde la Junta proponía un periodo de tres años, mientras Estados Unidos se negó a colaborar bajo estas condiciones.
Agitación en el Sahel
En julio del año pasado, Níger acaparó la atención internacional tras un golpe de Estado que derrocó al Presidente Mohamed Bazoum. La formación de la Alianza de Estados del Sahel (AES) el 16 de septiembre de 2023, en la que Níger se unió a Malí y Burkina Faso, marcó un cambio significativo. Esta alianza de defensa mutua compromete a sus miembros a apoyarse militarmente en caso de ataques, además de cooperar para prevenir levantamientos armados. El 28 de enero de 2024, los tres Estados miembros de la AES se retiraron de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), reflejando una nueva orientación política y estratégica en la región.
Níger, rico en recursos naturales como el uranio, esencial para la industria nuclear, ocupa el séptimo lugar mundial en producción de este mineral, siendo un proveedor crucial para Francia y la Unión Europea. La reciente inestabilidad en Níger ha generado preocupación en Europa, dada su dependencia del uranio nigerino para la seguridad energética.
Con aproximadamente 1.000 soldados estadounidenses y 1.500 franceses, Níger ha sido un aliado clave en la lucha contra la militancia islamista en el Sahel. Estados Unidos mantiene dos bases de drones en Níger, en Niamey y Agadez, en las que ha invertido significativamente en los últimos años. Francia, que tenía 1.500 soldados en Níger, completó su retirada en diciembre de 2023, atravesando rutas desérticas peligrosas hacia Chad. La retirada de las tropas estadounidenses, programada para el 15 de septiembre de este año, aún está en proceso de definición.
Competencia entre Grandes Potencias
La retirada de Estados Unidos de Níger se produce en un contexto de competencia global entre las principales potencias. La reciente presencia militar rusa en Níger, tras la retirada francesa, y la agresiva postura de las tropas rusas en la base aérea 101 de Níger, donde aún permanecen fuerzas estadounidenses, intensifican las tensiones internacionales. En un escenario de creciente cooperación entre Rusia y China, Estados Unidos enfrenta una competencia difícil en regiones críticas, exacerbada por sus compromisos militares en Ucrania y el Medio Oriente.
Rumbo Futuro
África sigue siendo crucial para los esfuerzos estadounidenses en la región. Washington planea utilizar su presencia en países costeros como Benín, Ghana y Costa de Marfil para recopilar información y continuar sus operaciones antiterroristas mediante tecnología avanzada. Sin embargo, la retirada de Níger representa un golpe a la reputación de Estados Unidos como líder global, especialmente ante la creciente influencia de Rusia y China en el Sahel. Las opciones de Estados Unidos se limitan a la imposición de sanciones económicas, acciones militares o el diálogo. La estabilidad de Níger y su transición hacia un gobierno democrático serán determinantes para la visión pan-saheliana de Estados Unidos, poniendo a prueba su capacidad para adaptarse y mantener su influencia en la región.