El éxito del plan de seguridad de la Cedeao depende de que se reparen las relaciones rotas

El éxito del plan de seguridad de la Cedeao depende de que se reparen las relaciones rotas

Miembros de las Fuerzas Armadas de Senegal en la sesión extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Cedeao en Abuja, el 10 de agosto de 2023. Los nuevos Estados de la Alianza del Sahel están gobernados por juntas militares y han abandonado la Cedeao. Son los más afectados por los atentados terroristas, por lo que la Cedeao necesitará su cooperación para hacer frente con eficacia al terrorismo en África Occidental

Sizo Nkala
Investigador del Centro de Estudios África-China de la Universidad de Johannesburgo

En una reunión celebrada hace unas semanas en Abuja (Nigeria), los jefes de defensa y los ministros de finanzas de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) propusieron un plan para desplegar una fuerza antiterrorista regional de 5.000 miembros con el fin de combatir la lacra de la insurgencia terrorista que preocupa desde hace tiempo en África Occidental.

El plan propuesto costaría 2.600 millones de dólares (unos 46.000 millones de rands) anuales, lo que equivale a más de cinco veces el presupuesto anual de toda la organización. En la reunión también se presentó un plan alternativo, que tendría una fuerza más pequeña de 1.650 miembros con un coste anual de 481 millones de dólares.

Las novedades se derivan de una resolución de la cumbre extraordinaria de la autoridad de jefes de Estado y de gobierno de la Cedeao, celebrada en febrero de 2024, en la que se ordenaba a la Comisión de la Cedeao que convocara una reunión de los ministros de Finanzas y Defensa para deliberar sobre las estrategias de financiación y equipamiento de la fuerza antiterrorista.

Con la mayoría de los países de la región con problemas económicos, cabe preguntarse de dónde saldrá el dinero para financiar la fuerza antiterrorista. En la reunión no se elaboró ningún plan concreto ni se dieron detalles sobre cómo se financiarán los despliegues propuestos.

Si los recursos de la Cedeao escasean, el organismo se verá obligado a buscar financiación fuera de sus fronteras, en países como China, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y el Reino Unido (RU). Depender de actores externos para obtener financiación compromete la propiedad y la agenda de los programas destinados a abordar los problemas que afectan a los países africanos.

No obstante, esta iniciativa es muy necesaria. La región de África Occidental es una de las más afectadas por el terrorismo en el mundo. Según el informe Global Terrorism Index 2024, de los 10 países con mayor número de incidentes terroristas del mundo, cuatro son de África Occidental (Burkina Faso, Mali, Nigeria y Níger).

La región alberga a varios grupos terroristas, como Jama’at Nusrat al Islam wal Muslimeen (JNIM), el Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), Boko Haram, el Estado Islámico en África Occidental (ISIS-WA) e ISIS-Sahel, entre otros, que realizan operaciones transnacionales en toda la región.

En los seis primeros meses de 2023, la región de África Occidental registró la asombrosa cifra de 1.800 atentados terroristas en varios países, que causaron más de 4.500 muertos. Recientemente, la región ha sido testigo de golpes militares en Burkina Faso, Níger, Malí y Guinea, que complicaron aún más la arquitectura de seguridad regional y minaron la capacidad de la Cedeao para hacer frente al terrorismo transnacional.

De hecho, una de las quejas comunes que motivaron la destitución de los gobiernos constitucionalmente elegidos en estos países fue su incapacidad para hacer frente al terrorismo, que había deteriorado la situación de seguridad.

Las juntas militares gobernantes de Burkina Faso, Malí y Níger anunciaron su decisión de retirarse de la Cedeao, acusando al organismo regional de imponerles sanciones ilegales y de estar infiltrado e influido por fuerzas externas.

El pasado mes de septiembre, los tres países formaron la Alianza de Estados del Sahel (AES), un pacto de seguridad por el que se comprometían a hacer frente conjuntamente al terrorismo y prometían defensa colectiva en caso de que alguno de los países sufriera un ataque externo o interno. Los golpes militares también provocaron la disolución del G5 Sahel, formado por Burkina Faso, Níger, Malí, Chad y Mauritania para cooperar en asuntos de seguridad regional.

Además, los tres países expulsaron a las tropas francesas que estaban estacionadas en sus países para ayudar a sus ejércitos a luchar contra el terrorismo. Justificaron la expulsión de las tropas francesas alegando que su presencia no había disuadido ni contenido los atentados terroristas. Dado que estos países son algunos de los más afectados por los atentados terroristas, la Cedeao necesitará su cooperación si quiere hacer frente al terrorismo con eficacia.

Por sí solos, Burkina Faso, Malí y Níger, con una producción económica conjunta inferior a 60.000 millones de dólares, no disponen de los recursos necesarios para hacer frente al terrorismo. La flagrante falta de capacidad estatal de los tres países podría convertirlos en refugios terroristas utilizados por los grupos terroristas para lanzar ataques contra los Estados vecinos.

Por lo tanto, para que la fuerza antiterrorista propuesta por la Cedeao funcione, la organización debe encontrar una solución política urgente para que los países gobernados por militares vuelvan al redil regional. Sin ellos, la fuerza antiterrorista nacerá muerta por muy bien financiada que esté. Por lo tanto, hay que dedicar más energía a reparar las relaciones rotas entre los Estados miembros de la Cedeao.