Combinando la tecnología blockchain con la inteligencia artificial para mejorar los servicios de las Smart Cities

Usar el potencial que diferentes tecnologías presentan si convergen entre sí para mejorar la gestión urbana nos va a permitir dar saltos cualitativos en la manera en la que podemos optimizar los recursos y servicios de nuestras ciudades inteligentes

 

A medida que más y más ciudades buscan mejorar la infraestructura y servicios que permiten la gestión de las urbes, nos damos cuenta de que usar aplicaciones que convergen y se combinan entre sí es lo que facilita que nos podamos plantear enormes saltos tecnológicos en la forma de implementar soluciones para la transformación de ciudades en Smart Cities.

Dentro del paradigma de la industria 4.0, blockchain y la inteligencia artificial son dos de los campos emergentes que están ganando mucha popularidad en el mundo de la tecnología aplicada al ecosistema de las ciudades inteligentes. Ambas ofrecen soluciones innovadoras a una serie de problemas y desafíos, y combinarlas puede llevar a aún mayores posibilidades y beneficios.

Descentralización y seguridad en la cadena de bloques

En primer lugar, la tecnología blockchain se basa en una red descentralizada de nodos que se utilizan para almacenar y verificar datos. Su principal característica es que esta red es segura y resistente a la manipulación, lo que la convierte en una plataforma ideal para la gestión de datos y el registro de transacciones, especialmente teniendo en cuenta que, en la gestión de una ciudad, existen centenares, si no miles, de potenciales sistemas que trabajan con los datos de la ciudadanía. La inteligencia artificial, por su parte, se refiere a la capacidad de una máquina para imitar el pensamiento humano y tomar decisiones autónomas basándose en datos y algoritmos. Quizás esta última definición se quede más o menos corta, pero dejémosla así de momento para entender por qué ambas tecnologías nos pueden ofrecer, a medio plazo, soluciones para optimizar muchos de los servicios de las Smart Cities.

La tecnología blockchain puede ser utilizada en Smart Cities de varias maneras. Grosso modo, y como ejemplo, para gestionar y registrar de forma segura y transparente el uso de recursos como la energía y el agua, o para gestionar el tráfico y con ello optimizar el transporte público, lo que puede mejorar la movilidad en la ciudad, etc. Allá donde se necesiten registrar datos de forma segura y eficientemente, blockchain es una candidata tecnológica para ello.

La inteligencia artificial, por su parte, puede utilizarse en servicios de la urbe para analizar grandes cantidades de datos y extraer información valiosa de estos, lo que puede ser útil en una amplia gama de aplicaciones, como la monitorización del clima y la previsión del tiempo, la detección de fallos en sistemas críticos como la red eléctrica, o la mejora de la seguridad ciudadana.

Combinando propiedades y potenciales de blockchain con IA

Así, una forma en la que la tecnología blockchain y la inteligencia artificial pueden combinarse es en el desarrollo de los smart contracts, contratos inteligentes. Los contratos inteligentes son programas que se ejecutan en las redes blockchain y que pueden llevar a cabo transacciones automáticamente una vez que se cumplan ciertas condiciones previstas por las partes creadoras del contrato. Así, estos contratos pueden utilizar la inteligencia artificial para analizar los datos en los que el smart contract se basa, y tomar decisiones antes de poner en marcha los procesos registrados en ellos, lo que los hace más flexibles y eficientes, y con una mayor capacidad para que las transacciones de información, propiedades, o cambios dentro de los servicios de la urbe se den con todas las garantías de que no existe ningún fallo, omisión de datos o falta de información entre las partes, lo acordado por estas y lo que se ha de ejecutar entre ambas.

Luego, si en el ejemplo anterior la inteligencia artificial es el apoyo a un proceso que se da principalmente en una red blockchain de un servicio urbano, lo contrario tambien es más que posible, pues otra área en la que la tecnología blockchain y la inteligencia artificial pueden combinarse es en el análisis de datos donde la red blockchain puede utilizarse para recopilar y almacenar grandes cantidades de información de forma segura y verificable, mientras que la inteligencia artificial puede utilizarse para analizar esos datos y extraer información necesaria para la gestión de algún servicio urbano, siendo entonces los protocolos de la cadena de bloques los que hacen de soporte al proceso principal de gestión del servicio basado en la IA. En este caso, por ejemplo, esto puede ser útil en aplicaciones que van desde la salud (smart healthcare) hasta la supervisión de la financiación de la propia municipalidad, la gestión de órdenes y contratos con los proveedores de servicios de la urbe, el análisis de los datos de tráfico o la monitorización y análisis de los cambios demográficos dentro de la propia Smart City.

Debido, además, a la robustez y seguridad de la tecnología blockchain, esta también puede utilizarse para proteger la privacidad de todos estos datos utilizados por los algoritmos de inteligencia artificial, pues la propia forma de funcionar de una blockchain ya asegura el cifrado y almacenaje de forma segura de la información, lo que impide que terceros accedan a ellos sin autorización. Esto puede ser particularmente útil en el caso de datos personales sensibles, recopilados por las municipalidades o empresas de servicios de la urbe, y que deben estar protegidos por múltiples medios contra acceso indebido de terceros y ciberataques.

Dificultades en el proceso de desarrollo y combinación de IA con blockchain

Al ser tecnologías incipientes, que están viéndose desarrolladas a un ritmo vertiginoso y que siguen creciendo exponencialmente, su implementación no está exenta pues de dificultades. Una de las mayores a la hora de desarrollar aplicaciones blockchain para Smart Cities es la necesidad de contar con una red de nodos suficientemente grande y diversa para garantizar la seguridad y la estabilidad de la blockchain a lo largo de la infraestructura tecnológica de la ciudad, sea para un servicio concreto o dentro del conjunto de sistemas informáticos de la urbe. Puesto que la tecnología blockchain se basa en una red descentralizada de nodos que se utilizan para validar y almacenar datos que se deseen registrar en ella, cuanto más grande y diversa sea esta red, más segura y resistente a la manipulación será la cadena de bloques.

Otra dificultad es la falta de regulación y normativa en torno a esta tecnología, teniendo en cuenta que es el sustrato de la nueva economía basada en las criptomonedas. Aunque blockchain como mecanismo tecnológico está ganando popularidad, todavía hay muchas incertidumbres y desafíos a la hora de regularla y utilizarla de forma segura y eficiente debido a la cantidad de situaciones complejas, fallos, hackeos, bancarrota de empresas del sector, etc., derivadas del ecosistema cripto que hemos visto desarrollarse en los últimos meses. Esto puede dificultar el desarrollo de aplicaciones blockchain para Smart Cities y hacer que sea más difícil obtener el apoyo y la confianza de las autoridades y de la población.

También hay un desafío técnico en el desarrollo de aplicaciones blockchain para dar soporte a servicios inteligentes, y es que la tecnología blockchain es compleja y requiere de un alto nivel de conocimientos técnicos para desarrollar y mantener aplicaciones basadas en ella. Esto puede dificultar el acceso a esta tecnología para muchas empresas y organizaciones, lo que puede limitar su adopción en muchas ciudades.

También la IA tiene sus propios obstáculos

Por el otro lado, la idea de aplicar inteligencia artificial a diferentes desarrollos “smart” de una ciudad tampoco está exenta de dificultades, pues si la IA se nutre de datos para poder ser útil, la falta de estos de alta calidad y en suficiente volumen es lo que limita su potencial en cualquier aspecto. La inteligencia artificial se basa en el aprendizaje automático, lo que significa que requiere de grandes cantidades de paquetes de datos para entrenarse y mejorar. Sin datos suficientes y de alta calidad, es difícil desarrollar aplicaciones de inteligencia artificial que sean precisas y eficientes. Respecto a su regulación, pasa lo mismo que con la tecnología blockchain, aun queda un largo proceso y camino a recorrer antes de tener una normativa clara y óptima sobre el uso y desarrollo de estas aplicaciones en la gestión de infraestructuras y servicios que afectan a nuestras rutinas diarias en nuestras urbes y ciudades.

En todo caso, el proceso sigue adelante. Ambas tecnologías siguen desarrollándose, y convergiendo en algunos aspectos. Poco a poco irán dándose soluciones por sí solas para minimizar los aun incipientes aspectos de su implementación a gran escala, e iremos aprendiendo cómo integrarlas en muchas de las infraestructuras de nuestras Smart Cities para apoyarnos en ellas a la hora de gestionar toda la transformación de la ciudad.

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