Burkina Faso, Malí y Níger insinúan una nueva moneda para África Occidental: ¿Qué hace falta para que tenga éxito?

Burkina Faso, Malí y Níger insinúan una nueva moneda para África Occidental: ¿Qué hace falta para que tenga éxito?

El 11 de febrero de 2024, el jefe de la junta militar que gobierna Níger, el general Abdourahmane Tiani, habló de la posible creación de una moneda común con Burkina Faso y Mali: «La moneda es un primer paso para liberarse del legado de la colonización», dijo en la televisión nacional, refiriéndose al franco CFA heredado de la colonización francesa.

Burkina Faso, Níger y Malí, tres antiguas colonias francesas, han sufrido golpes militares en los últimos años. Ahora todos están gobernados por regímenes militares. También han formado una nueva alianza defensiva, conocida como Alianza de Estados del Sahel (AES).

La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) ha condenado estos golpes y ha impuesto sanciones a los países implicados. En respuesta, estos países decidieron retirarse de la Cedeao. Sin embargo, siguen siendo miembros de la Unión Económica y Monetaria del África Occidental (Uemoa). La Uemoa tiene una moneda común, el franco CFA, que emite el Banco Central de los Estados de África Occidental (BCEAO).

El BCEAO y el Banco de Francia están vinculados por acuerdos de cooperación que incluyen el depósito de una parte de las reservas de divisas en el Banco de Francia y la garantía francesa del franco CFA.

Thierno Thioune, experto en políticas monetarias y uniones entre Estados de África Occidental , analiza las posibles implicaciones y la viabilidad del lanzamiento de una nueva moneda para los países miembros de la AES.

¿Qué condiciones deben darse para que una moneda multilateral funcione?

Para lanzar y mantener con éxito una moneda multilateral, hay que tener en cuenta varios factores clave.

En primer lugar, las políticas macroeconómicas y presupuestarias deben estar estrechamente coordinadas. Una armonización rigurosa de las políticas económicas y presupuestarias entre los países participantes es imprescindible para garantizar la estabilidad del valor de la moneda y evitar desequilibrios comerciales. Esto contribuirá a mantener la confianza de los agentes económicos y a promover el crecimiento regional.

En segundo lugar, deben establecerse instituciones sólidas de gestión monetaria. Es esencial contar con instituciones fuertes responsables de la gestión monetaria, como un banco central común. Este banco central debe tener autoridad suficiente para aplicar una política monetaria independiente y estable. Esto garantizará la preservación del valor de la moneda y hará frente a las fluctuaciones cíclicas.

En tercer lugar, la creación de un mercado común integrado es vital. El flujo sin restricciones de bienes, servicios, capital y mano de obra es clave para impulsar el crecimiento económico y mejorar la cooperación regional. El marco actual proporcionado por la Unión Económica y Monetaria del África Occidental ofrece una ventaja significativa en este sentido.

Por último, es necesario establecer mecanismos para controlar y resolver las crisis. Por ejemplo, los fondos de reserva comunes y los acuerdos de canje de divisas podrían ayudar a hacer frente a los choques externos e internos que puedan afectar a la nueva moneda. Los swaps de divisas – cuando dos partes intercambian importes en dos monedas diferentes durante un periodo determinado a un tipo fijo – pueden utilizarse para gestionar los riesgos de cambio y facilitar la financiación transfronteriza.

¿Se cumplen estas condiciones en Burkina Faso, Níger y Malí?

Es difícil decir si estas condiciones se han cumplido plenamente en los tres países. Habría que saber si se han cumplido, entre otras, estas condiciones:

  • armonización de las políticas gubernamentales
  • estabilidad macroeconómica mediante el control de la inflación
  • limitación de la deuda pública
  • mantenimiento de una balanza por cuenta corriente equilibrada.

En este momento, es difícil saber si estos países lo han hecho.

Estos tres países forman parte de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental desde 1963. En teoría, esto debería darles cierta experiencia en la coordinación de políticas económicas y monetarias a través del franco CFA.

Podrían tener experiencia en infraestructuras, como el Banco Central de los Estados de África Occidental (que gestiona la moneda única y la política monetaria de los Estados miembros), que les ayudaría en la transición.

¿Cuáles son los posibles beneficios y riesgos de la iniciativa?

A pesar de los riesgos que entraña, la iniciativa podría reportar varios beneficios.

El establecimiento de una zona monetaria más amplia puede fomentar una mayor integración comercial y una mejor asignación de recursos.

Podría aumentar la «flexibilidad» del país a la hora de tratar con socios externos.

Al unirse a una nueva unión monetaria, estos tres países también podrían beneficiarse significativamente de una mayor integración comercial, independencia de socios externos, menores costes de transacción y atractivo para los inversores.

No obstante, esta iniciativa también entraña riesgos, sobre todo en lo que respecta a su posición dentro de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental y la Cedeao. Estos últimos podrían percibir la creación de una nueva moneda como una amenaza para su influencia regional. Podría provocar la fragmentación de los bloques económicos existentes. Además, la salida de los tres países podría debilitar la solidez de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental y la Cedeao en términos de influencia económica y política.
También existe el riesgo de que la moneda pierda valor rápidamente.

La nueva moneda podría depreciarse frente al franco CFA. Esto podría tener importantes repercusiones negativas para los exportadores a otros países de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental.

En segundo lugar, sin marcos formales adecuados para controlar y gestionar la nueva moneda, pueden surgir la especulación y la incertidumbre sobre su valor. Por eso es crucial establecer instituciones sólidas que apoyen la gestión y supervisión de la nueva moneda.

¿Cómo afectará la nueva moneda al comercio en la zona?

La creación de una nueva moneda por estas tres naciones podría, temporalmente, tener un impacto negativo en su comercio con los países del bloque actual. Incluso podría provocar algunas turbulencias en el comercio con países ajenos a él.

La transición a una nueva moneda suele introducir un nivel de incertidumbre entre los agentes económicos y los socios comerciales, ya que surgen dudas sobre el valor, la convertibilidad y la estabilidad de la moneda. Esta fase de ajuste puede provocar una ralentización temporal del comercio.

Además, la introducción de una nueva moneda suele requerir cambios legislativos y reglamentarios, especialmente en lo que respecta a las operaciones de cambio de divisas y los derechos de aduana. Éstos pueden actuar como barreras administrativas y reglamentarias y provocar retrasos en las transacciones comerciales.

Durante el periodo transitorio, pueden producirse fluctuaciones en los tipos de cambio. Esto provocará disparidades entre la antigua y la nueva moneda. Puede afectar a la competitividad de precios entre exportadores e importadores y reducir el volumen global del comercio.

Las percepciones y actitudes de los socios externos son importantes cuando se anuncia una nueva moneda. Algunos socios comerciales pueden mostrar reticencias o expresar dudas sobre su fiabilidad y credibilidad. Esto podría disminuir su disposición a seguir comerciando con los países miembros de la zona.

La creación de una nueva moneda por parte de estos tres países puede suscitar dudas sobre su posible aislamiento. Sin embargo, esta iniciativa no debe conducir automáticamente a una ruptura diplomática o a una marginación total.

Para evitarlo, son fundamentales una comunicación proactiva, una cooperación constructiva y una integración económica regional equilibrada e integradora. Esto ayudará a mitigar los riesgos de aislamiento de Burkina Faso, Malí y Níger en su proyecto monetario.