Los VDP se han convertido en un pilar de la lucha antiyihadista en Burkina Faso. Sin embargo, plantean importantes riesgos para el país. El reclutamiento anunciado de un gran número de nuevos VDP -entre 50.000 y 100.000- hará cada vez más difícil controlar a estos grupos. Muchos les acusan de estar implicados en numerosos crímenes contra civiles.
Dar marcha atrás no es una posibilidad a corto plazo. Dado el arraigo de los VDP en el aparato de seguridad, desmantelar rápidamente las unidades es poco realista y potencialmente peligroso. Sin ellas, las localidades bajo bloqueo, junto con muchas otras, no resistirían durante mucho tiempo los ataques yihadistas.
Sin embargo, para que las VDP contribuyan positivamente a los esfuerzos de contrainsurgencia, Uagadugú debe tomar medidas para controlarlas mejor y mejorar la protección de los civiles durante sus operaciones. Es posible que las autoridades burkinesas se enfrenten a riesgos al hacerlo, ya que el cuerpo auxiliar proporciona un importante apoyo al régimen, pero ése es el precio que hay que pagar para estabilizar el país.
