La expansión del terrorismo y la violencia en África Occidental: de Serval a Barkhane

La expansión del terrorismo y la violencia en África Occidental: de Serval a Barkhane

La propagación de lo que con demasiada frecuencia se denomina «inseguridad» en África Occidental es un hecho ampliamente reconocido. A grandes rasgos, se trata de una propagación (relativamente) lenta de norte a sur de diversos actos y acciones delictivas atribuibles a movimientos yihadistas bastante heterogéneos. Para ayudarnos a comprender esta compleja realidad, resulta útil ofrecer una representación cartográfica que, a pesar de las limitaciones inherentes a los bancos de datos utilizados, nos permita visualizar las dinámicas espaciales implicadas.

Daniel Dory

El mapa aquí utilizado se basa en dos fuentes complementarias pero no equivalentes. En primer lugar, y en línea con nuestros trabajos anteriores, hemos utilizado la Global Terrorism Databr, que actualmente no cubre los casos posteriores a 2020. Para los dos años siguientes, hemos utilizado la publicación anual de Edward Mickolus, Terrorism Events Worldwide 2021 y 2022, extrayendo únicamente los incidentes localizados en los tres países costeros (Costa de Marfil, Benín y Togo) donde se producen las dinámicas espaciales que nos interesan; Ghana no está (por el momento) afectada por el terrorismo. En otras palabras, el mismo mapa muestra datos con diferente cobertura temporal y espacial, y hemos utilizado la simbología correspondiente para expresarlo.

Por último, también nos ha parecido oportuno periodificar los datos de forma esquemática en función de las dos operaciones internacionales lideradas por Francia que han protagonizado la lucha antiterrorista en la región. En primer lugar, la Operación Serval (redondeada hasta 2013-2015) y, a continuación, la Operación Barkhane (2016-2022). La decisión de prolongar la Operación Serval (que finalizó en agosto de 2014) en nuestra periodización obedece al deseo de poder evaluar sus efectos durante los meses en que la Operación Barkhane, que la sucedió, se ponía en condiciones operativas.

Desplazamiento del baricentro

Este mapa consolida dos hipótesis sólidas. En primer lugar, el desplazamiento hacia el suroeste del baricentro (o centro de gravedad) de los atentados entre los dos periodos refleja una dinámica que los atentados posteriores en los países costeros tienden claramente a confirmar. Se trata muy probablemente de un efecto de difusión, en parte inducido por la operación Serval centrada en Malí. En consecuencia, la presión yihadista se desplaza progresivamente hacia Burkina Faso, que cuenta con una de las bases militares más débiles de la región. Esta observación se refuerza al examinar el histograma (basado en GTD) de la parte superior de la imagen. Muestra que las sucesivas operaciones antiterroristas no han reducido el número de atentados en Mali, y que la violencia iniciada en Burkina hacia 2016 adquirió rápidamente proporciones considerables, superando la registrada en Mali en 2019.

Esta visión de conjunto, que puede dar la impresión de una dinámica única relativa al yihadismo que aplica una geoestrategia coherente, debe sin embargo matizarse mediante la observación de las realidades sobre el terreno a gran y mediana escala. En efecto, en sinergia con la multiplicidad de actores armados que (a veces) recurren al terrorismo, de los cuales la división Al-Qaeda/Estado Islámico es la más documentada, a lo que asistimos con mayor frecuencia es a una «yihadización» de innumerables conflictos locales de carácter esencialmente étnico, en los que lo que está en juego es sobre todo el acceso a la tierra, el lavado de oro y las tierras de pastoreo, cuando no se trata de la integración en circuitos que permiten diversas formas más o menos delictivas de tráfico… Estos antagonismos, a menudo antiguos, en un contexto de crecimiento demográfico suicida, no tienen visos de resolverse mediante una solución predominantemente militar y explican en parte el apoyo, al menos pasivo, de las poblaciones a los yihadistas que aportan una seguridad (relativa) y resuelven los litigios que los sistemas judiciales estatales no han sabido resolver mediante una sharia expeditiva.

Pero estas realidades locales también deben analizarse, por supuesto, en función de las estrategias de los actores transnacionales. Por ejemplo, investigaciones recientes muestran la reticencia inicial de AQMI (Al-Qaeda en el Magreb Islámico) y de la dirección central de Al-Qaeda a entrar en combate directo contra los Estados del Sahel, y Malí en particular. Dado que esta entidad fue uno de los actores principales del primer periodo (Operación Serval) identificado en el mapa, esta información permite comprender mejor parte del proceso inicial de internacionalización de las dinámicas de insurrección en el Sahel.

Terrorismo y parques naturales

La segunda contribución de este mapa es confirmar la relación entre los actos de terrorismo y/o insurrección y los parques y reservas naturales. Ya habíamos destacado este hecho en trabajos anteriores, y ahora lo hemos constatado en los casos de Costa de Marfil, Benín y Togo en los dos últimos años. Deberían realizarse investigaciones comparativas sobre las condiciones (principalmente tácticas) de esta asociación, en la que los parques naturales desempeñan diversas funciones, como santuarios temporales, retaguardias y fuentes de alimentos y dinero a través de la caza furtiva. Esto mejoraría nuestro conocimiento de la dinámica espacial del yihadismo en África Occidental, complementando el trabajo que ya hemos iniciado sobre la relación entre minería de oro y terrorismo en la región, que también hemos destacado anteriormente y que ha dado lugar a algunos estudios prometedores.

Así pues, en su estado actual, este mapa nos permite evaluar las tendencias recientes de la propagación de la violencia, en particular de la violencia terrorista, en esta parte de África. El desplazamiento de los baricentros y las tendencias por países que muestra el histograma permiten prever algunos escenarios para el futuro a corto plazo. Sin embargo, el final de la Operación Barkhane en noviembre de 2022 y la creciente presencia de tropas del Grupo Wagner en la región crean nuevas fuentes de incertidumbre.