Yihadismo en África: el G5 Sahel constata avances en la lucha conjunta y desmoviliza tropas

Yihadismo en África: el G5 Sahel constata avances en la lucha conjunta y desmoviliza tropas

Afriquinfos

Mohamed Cheikh El Ghazouani, Presidente de la República Islámica de Mauritania, actual Presidente del G5 Sahel, los Jefes de Estado de los países miembros del G5 Sahel y el Presidente de la República Francesa se han reunido hoy 30 de junio de 2020 en Nuakchot, para hacer balance de la aplicación de la hoja de ruta acordada en la Cumbre de Pau (Francia), celebrada el 13 de enero de 2020, y evaluar la situación en el Sahel.

Durante la reunión, celebrada con el telón de fondo de una pandemia, los países del Sahel y Francia expresaron su voluntad de seguir avanzando en los progresos que, a su juicio, se han realizado contra los yihadistas en los últimos meses, al tiempo que reconocieron la magnitud de los retos que podrían poner en peligro estos avances.

El presidente Emmanuel Macron aseguró que las fuerzas francesas y sahelianas han logrado «invertir» el equilibrio de fuerzas en la llamada zona de la triple frontera (Mali, Burkina Faso y Níger), donde han concentrado sus operaciones contra los grupos afines al Estado Islámico en los últimos meses.

«La victoria es posible» en el Sahel, dijo, pero para lograrlo es necesario «amplificar» el impulso reciente, en particular garantizando el regreso de prefectos, jueces y policías a las zonas que ya no están bajo control del Estado.

Al término de esta cumbre, el panorama sigue siendo sombrío en la región atrapada en una espiral que comenzó en 2012 en el norte de Malí. Persiste la violencia yihadista e intercomunitaria que se ha cobrado miles de vidas y ha provocado una grave crisis humanitaria. Los Estados ya no ejercen su autoridad sobre vastos territorios.

El tráfico prolifera y la crisis amenaza con extenderse más allá del Sahel, a Costa de Marfil por ejemplo.

Hay que reconocer que se han hecho «progresos significativos», afirmó el anfitrión mauritano Mohamed Ould Cheikh El Ghazouani. El extremismo violento en todas sus formas sigue haciendo estragos en varias zonas de la región del Sahel del G5 y se está extendiendo de forma preocupante» a otras regiones, advirtió.

Ghazouani, cuyo país ostenta la presidencia del G5 Sahel, recibía a sus homólogos de Burkina Faso, Mali, Níger, Chad y Francia para hacer balance seis meses después de la cumbre de Pau (Francia), donde decidieron redoblar sus esfuerzos conjuntos para recuperar el terreno perdido.

Nuakchot se abordó en un clima menos tenso que el de Pau, organizado bajo la presión de una serie de reveses sufridos por los ejércitos de la región frente a los yihadistas, la muerte de 13 soldados franceses y el cuestionamiento de la intervención francesa.

Por parte francesa, Nuakchot se presentó como una oportunidad para preparar el futuro, aprovechar el impulso de Pau y proseguir el esfuerzo para implicar en la lucha al mayor número posible de socios.

A la reunión de las organizaciones internacionales asistieron también el Presidente del Consejo Europeo y los jefes de gobierno de Alemania, España e Italia, la mayoría de ellos por videoconferencia.

Sanciones ejemplares

En Pau, los presidentes acordaron cerrar filas. Desde entonces, Francia ha aumentado en 500 el número de efectivos de Barkhane, hasta alcanzar los 5.100, y ha intensificado, junto con sus socios, sus ofensivas en la zona de la triple frontera, afirmando haber «neutralizado» a cientos de yihadistas.

Otro éxito fue la muerte en el norte de Malí del líder de Al Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi), el argelino Abdelmalek Droukdal, abatido por fuerzas especiales francesas con apoyo estadounidense.

Al mismo tiempo, los grupos yihadistas extienden su dominio en Burkina Faso, que se hunde peligrosamente, y los ejércitos nacionales de Burkina Faso, Malí y Níger son acusados de numerosos actos de violencia contra civiles. El comunicado final de la cumbre promete investigaciones y «sanciones ejemplares» si se demuestran estos actos.

Todos reconocen que los logros alcanzados podrían desaparecer si no se avanza en otros frentes, como la reconstrucción política y civil.

El Presidente mauritano también hizo hincapié en la «evolución preocupante» de la crisis libia, que consideró una de las principales causas del deterioro del Sahel.

También se refirió al impacto de Covid-19, que «ha desestructurado nuestras frágiles economías, ya de por sí lastradas por la deuda», y reiteró la «firme exigencia de anulación inmediata de la deuda de nuestros Estados».

Los presidentes acordaron volver a reunirse a principios de 2021.