En un contexto de creciente urbanización, crisis climática y presión sobre los recursos, Seúl se posiciona como un referente global en el uso estratégico de la tecnología para construir una ciudad más resiliente y sostenible. Desde granjas inteligentes en estaciones de metro hasta sistemas de detección temprana de incendios forestales impulsados por IA, la capital surcoreana integra innovación y compromiso social en su modelo urbano

En un contexto global caracterizado por transformaciones aceleradas, crisis ambientales, urbanización intensiva y una creciente necesidad de sostenibilidad, Seúl se erige como una metrópoli ejemplar en la convergencia entre innovación tecnológica y planificación urbana. Más allá de su reputación como capital tecnológica de Asia Oriental, Seúl está consolidando una estrategia integral de ciudad inteligente que combina herramientas de vanguardia como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), los macrodatos (big data), la tecnología blockchain y las redes 5G. Estas herramientas no sólo están revolucionando sectores tradicionales como el transporte o la administración pública, sino que ahora se aplican con un enfoque multidimensional en áreas críticas como la seguridad alimentaria, la sostenibilidad medioambiental y la gestión de desastres naturales.
Agricultura urbana inteligente: un nuevo paradigma en la seguridad alimentaria metropolitana
La agricultura urbana ha emergido en la última década como una de las respuestas más prometedoras ante los desafíos alimentarios que enfrentan las ciudades densamente pobladas. Seúl, con una población superior a los 9,6 millones de habitantes concentrados en apenas 605 km², enfrenta una paradoja urbana crítica: carece de suelo agrícola convencional, pero posee una creciente demanda de alimentos frescos, seguros y accesibles. En este escenario, las Metro Farms —granjas verticales subterráneas situadas dentro de estaciones del metro— constituyen un experimento pionero a escala mundial. Lanzadas en 2019 como parte de un esfuerzo conjunto entre el gobierno metropolitano, el sector privado y centros de investigación, estas granjas utilizan tecnologías hidropónicas de circuito cerrado, automatización robótica, y sistemas de iluminación LED diseñados para optimizar el crecimiento vegetal en espacios confinados. Estas unidades de producción agrícola no solo son sostenibles y altamente eficientes, sino que transforman espacios infrautilizados del entorno urbano en fuentes activas de alimentos.
La granja ubicada en la estación Sangdo, por ejemplo, representa la instalación más avanzada del proyecto, con una capacidad de producción diaria cercana a los 50 kilogramos de hortalizas, entre ellas variedades de lechuga como Butterhead y Astalis. A esto se suman instalaciones complementarias, como cafeterías que sirven ensaladas frescas, academias que ofrecen programas de educación agrícola, y espacios interactivos destinados a involucrar a la ciudadanía en nuevas formas de consumo consciente y producción local. Estas granjas inteligentes reducen drásticamente el uso de agua —hasta un 90% menos que los métodos tradicionales— y prescinden completamente de pesticidas, lo cual es crucial para la salud pública en contextos urbanos densos.

Desde el punto de vista estructural, la agricultura urbana en Seúl responde también a una necesidad demográfica. La población rural surcoreana ha envejecido de forma alarmante, y el relevo generacional en el sector agrícola es escaso. En este sentido, la estrategia de agricultura urbana ofrece una doble función: modernizar el sector productivo y generar oportunidades profesionales alternativas para jóvenes urbanos, jubilados, personas con discapacidad y colectivos tradicionalmente excluidos del mercado laboral formal. Asimismo, los huertos urbanos operan como centros de cohesión social: en distritos como Jung-gu y Seongdong-gu, las granjas comunitarias no solo producen alimentos sino que también organizan talleres de cocina, distribuyen alimentos frescos a personas mayores y fomentan la interacción intergeneracional.
Uno de los elementos distintivos del modelo de Seúl es la integración de inteligencia artificial para monitorear y regular condiciones ambientales como la humedad relativa, la temperatura, la concentración de CO₂ y el estado de los nutrientes en tiempo real. La conjunción de IA con sensores IoT permite la toma de decisiones automatizadas sobre riego, iluminación y cosecha, optimizando el rendimiento sin incrementar el consumo energético o de recursos. Esta capacidad tecnológica no solo incrementa la productividad, sino que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 10% y un 20%, contribuyendo así a los compromisos climáticos del país en el marco del Acuerdo de París.
Detección inteligente de incendios forestales: anticipación, prevención y protección
Paralelamente a sus esfuerzos en sostenibilidad alimentaria, Seúl ha desarrollado un sistema sofisticado de gestión de riesgos ante la creciente amenaza de incendios forestales, un fenómeno que hasta hace poco era considerado marginal en la geografía urbana surcoreana. Sin embargo, los efectos acumulativos del cambio climático —incluyendo el aumento de temperaturas medias, la reducción de precipitaciones y la prolongación de las estaciones secas— han exacerbado la incidencia de incendios en las áreas montañosas que rodean la ciudad. El caso más emblemático fue el incendio de 2023 en la montaña Inwangsan, que devastó más de 60.000 m² en apenas dos días, convirtiéndose en el mayor incendio forestal registrado en la historia contemporánea de Seúl.
La respuesta gubernamental ha sido proactiva y orientada tecnológicamente. En colaboración con institutos tecnológicos y empresas especializadas en telecomunicaciones, el Gobierno Metropolitano de Seúl ha puesto en marcha un Sistema Inteligente de Detección y Alerta de Incendios que emplea tecnología de redes de área amplia de baja potencia (LPWAN, por sus siglas en inglés). Este sistema incorpora sensores capaces de detectar cambios térmicos, emisiones de gases y patrones visuales asociados al fuego, todo ello analizado por algoritmos de visión artificial entrenados con modelos de aprendizaje profundo. La red opera de forma autónoma, alimentada por paneles solares y baterías de larga duración, lo que la hace especialmente útil en áreas forestales donde no existe infraestructura eléctrica ni acceso a redes Wi-Fi.
Uno de los elementos más innovadores del sistema es su capacidad de integración modular mediante interfaces API con los sistemas de respuesta de emergencia ya existentes. Esto permite que los datos capturados por los sensores se transmitan en tiempo real a las autoridades competentes sin requerir una reforma estructural del sistema de gestión de desastres. Además, la facilidad de despliegue del sistema LPWAN —sin necesidad de obras civiles ni conexión a la red eléctrica— permite su instalación inmediata en zonas de alto riesgo, como senderos de montaña o perímetros residenciales cercanos al bosque.
El objetivo central de este sistema es actuar con rapidez durante el “tiempo dorado” —los primeros minutos cruciales tras el inicio de un incendio— cuando una intervención temprana puede evitar la propagación y reducir drásticamente los daños humanos, materiales y ecológicos. En este contexto, el sistema también funciona como una herramienta disuasoria contra prácticas humanas negligentes, como encender fogatas, arrojar colillas o utilizar pirotecnia en zonas vulnerables.
La Semana de la Vida Inteligente: un espacio para imaginar el futuro urbano
Como parte de su estrategia de visibilización internacional, Seúl organiza anualmente la Semana de la Vida Inteligente (Smart Life Week, SLW), un evento emblemático que reúne a expertos, responsables políticos, empresas tecnológicas y ciudadanía en torno a las soluciones más avanzadas para la vida urbana sostenible. Tras el éxito de su edición 2024 —que atrajo a más de 30.000 visitantes—, la edición de 2025 se celebrará entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre, bajo el lema “IA para todos, caminando con los desatendidos”. El evento contará con exposiciones interactivas, foros internacionales, sesiones de networking y la ceremonia de entrega del Premio Ciudad Inteligente de Seúl, que reconoce las mejores prácticas en tecnología con impacto social.
El enfoque temático de SLW 2025 refleja una visión ética y humanista de la innovación, en la cual la tecnología no es un fin en sí misma, sino una herramienta al servicio del bienestar colectivo, la equidad urbana y la resiliencia ante los retos del siglo XXI. Así, Seúl no solo se posiciona como un laboratorio vivo de innovación, sino como un referente global en el diseño de ciudades inclusivas, sostenibles e inteligentes.
En conclusión, los casos de la agricultura urbana y la detección de incendios forestales en Seúl ilustran una transición paradigmática en la gobernanza urbana, donde la tecnología no reemplaza la planificación urbana, sino que la potencia, diversifica y democratiza. En una era marcada por la incertidumbre climática y la presión sobre los recursos, Seúl demuestra que es posible conjugar eficiencia tecnológica con sensibilidad social, abriendo así el camino hacia una nueva generación de ciudades adaptativas, humanas y sostenibles.