Seguridad en Malí occidental y actividad yihadista

Seguridad en Malí occidental y actividad yihadista

Examen de la actividad yihadista y los acontecimientos relacionados con la seguridad que tuvieron lugar en las regiones de Mali Occidental-Kayes, Koulikoro, Segou, Sikasso, Tombuctú y Taoudenni a lo largo de septiembre.

SAHEL DISPATCH

En general, en septiembre, la actividad yihadista aumentó en Koulikoro, Segou, Tombuctú y Taoudenni, pero disminuyó en las regiones de Kayes y Sikasso.

Hubo una serie de importantes ataques separados contra posiciones militares malienses por parte de grupos yihadistas y de la no yihadista Coordinación de los Movimientos del Azawad (CMA), una coalición de grupos armados predominantemente árabes y tuaregs que se habían rebelado contra Bamako en 2012 pero que en 2015 firmaron el Acuerdo de Paz de Argel. Los ataques indican que el gobierno de Malí no tenía un control real sobre las zonas del país situadas a lo largo de la frontera con Mauritania, especialmente en la zona entre la frontera y Tombuctú. La propia ciudad de Tombuctú seguía sitiada por los yihadistas.

La ofensiva militar lanzada por Malí a finales de septiembre contra Kidal, en el noreste del país, ha incrementado la amenaza a la seguridad en otras regiones del país. Bamako ha centrado sus limitados recursos en apoyar esta ofensiva, debilitando sus medidas de seguridad en otras zonas.

Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU (MINUSMA) continúan su retirada de Malí. Su marcha está aumentando el vacío de seguridad en el norte de Malí. Los militares malienses, acompañados por mercenarios rusos del Grupo Wagner, se están desplazando para ocupar las posiciones ocupadas por la MINUSMA, poniéndolos en rumbo de colisión con la AMC.

El 16 de septiembre, Mali, Níger y Burkina Faso firmaron la Carta Liptako-Gourma para establecer la Alianza de Estados del Sahel. La Alianza declaró que cualquier ataque contra la soberanía o la integridad territorial de uno o más Estados miembros se consideraría una agresión contra todos ellos. La alianza pretende combinar los esfuerzos militares y económicos de los tres países del Sahel para ayudarse mutuamente a defenderse de las amenazas de rebelión armada o agresión exterior.

Nuestra principal conclusión de septiembre es que la situación de seguridad en Mali se está deteriorando rápidamente. Los acontecimientos en otras partes de Malí y Níger refuerzan nuestra preocupación por las amenazas regionales a más largo plazo, como Costa de Marfil, Guinea, Senegal y Mauritania.