Por el momento, los primeros efectivos de Africa Corps llegaron a Burkina Faso a finales de enero y se espera que próximamente empiecen a operar también en Mali y Níger
ÓSCAR GARRIDO GUIJARRO/IEEE
Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Doctor en Paz y Seguridad Internacional
Atalayar
Si tras el conato de rebelión de Prigozhin de junio de 2023 y su posterior retirada a Bielorrusia había emergido la cuestión sobre el futuro de la presencia del Grupo Wagner en África, el interrogante se hizo más apremiante tras la tragedia aérea de agosto. La muerte de Prigozhin representaba un punto de inflexión en las relaciones ruso-africanas. El líder de Wagner era el hombre clave de Rusia en África desde que el grupo comenzó a operar en el continente en 2017. El objetivo ahora es hacerse con el control de los recursos humanos de Wagner que operan en África y situarlos bajo el mando directo del Ministerio de Defensa ruso para evitar así que otra empresa militar privada o el Wagner post-Prigozhin puedan acumular el poder y la autonomía suficientes para volver a convertirse en una amenaza contra el Kremlin. Para conseguir este propósito, se está impulsando la marca Africa Corps, que, en dependencia directa del Ministerio de Defensa, trabaja en campañas de propaganda para tratar de atraer a los mercenarios de Wagner y a nuevos candidatos dispuestos a trabajar en el continente africano. Por el momento, los primeros efectivos de Africa Corps llegaron a Burkina Faso a finales de enero y se espera que próximamente empiecen a operar también en Mali y Níger.
Introducción
El pasado 23 de agosto se estrellaba en la región rusa de Tver el avión en el que viajaban el líder del Grupo Wagner —Evgeny Prigozhin—, su número dos —Dimitri Utkin, al que se atribuye la paternidad de Wagner— y Valery Chekalov, considerado el responsable de los negocios de petróleo, gas y minerales de Prigozhin en África y Oriente Medio.
La muerte de Prigozhin se produjo dos meses después de su levantamiento contra el Kremlin, por lo que el accidente no causó demasiada extrañeza. Dos días antes, el 21 de agosto, se había producido su última aparición pública: un discurso en vídeo difundido en su canal de Telegram. En el mensaje aseguraba que trabajaba para expandir la influencia rusa en todos los continentes y hacer que África fuera «más libre». Aunque no se confirmó la ubicación de Prigozhin en el vídeo, la mayoría de los observadores sugirieron que fue filmado en Mali.
Si tras el conato de rebelión de Prigozhin y su posterior retirada a Bielorrusia había emergido la cuestión sobre el futuro de la presencia del Grupo Wagner en África, el interrogante se hizo más apremiante tras la tragedia aérea. La muerte de Prigozhin representaba un punto de inflexión en las relaciones ruso-africanas. El líder de Wagner era el hombre clave de Rusia en África desde que el grupo comenzó a operar en el continente en 2017. Él había intuido mejor que nadie en Moscú las oportunidades estratégicas y lucrativas que África podía brindar a Rusia: regiones políticamente frágiles y ricas en recursos.
Tras el levantamiento de Prigozhin el 23 de junio, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, defendió que los mercenarios ligados a Wagner seguirían prestando servicio como instructores en los países africanos donde estaban presentes. Además, desde este primer momento se les ofreció firmar un contrato con el Ministerio de Defensa.
El objetivo entonces, lo mismo que ahora, era gestionar la etapa post-Prigozhin desde el Ministerio de Defensa ruso asumiendo de manera ordenada el control directo del personal adscrito a Wagner, especialmente el que ya operaba en África. No obstante, este objetivo de hacerse con los recursos humanos de Wagner sin la mediación de Prigozhin es anterior, y en buena medida conforma el origen del referido levantamiento del 23 de junio. Así, el 10 de junio el Ministerio de Defensa ruso aprobó un decreto en el que se solicitaba a todas las unidades de voluntarios que firmaran contratos con el mencionado ministerio. Prigozhin se negó a acatar la resolución y, como consecuencia, se agravó la ya pública rivalidad entre el líder de Wagner y el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, este último respaldado por Vladímir Putin. A partir de entonces se precipitaron los acontecimientos que debían sacar de la escena pública a Prigozhin y arrebatarle todo el poder acumulado, aunque, como demostraron los hechos, no fue tarea sencilla y el líder de Wagner tuvo la osadía de desafiar a la oligarquía de Moscú, incluido el presidente.
Las relaciones de Moscú con Wagner han sido cambiantes a lo largo de los años. Antes de llamar a Wagner a Ucrania, el Ministerio de Defensa confió en otra empresa militar privada (EMP o PME, por sus siglas en inglés: private military company) llamada Redut, en parte debido a las continuas disputas de Prigozhin con políticos respaldados por Putin.
Redut fracasó durante los primeros días de la invasión de Ucrania en 2022, lo que catapultó a Wagner a la vanguardia del esfuerzo bélico.
Y entre el levantamiento de junio y el accidente aéreo de agosto, los días 26 y 27 de julio se celebró en San Petersburgo la Cumbre Rusia-África. En el encuentro, Putin hizo hincapié en los vínculos históricos entre Moscú y el continente, citando el apoyo de Rusia en el pasado a los movimientos anticoloniales y su postura actual contra el neocolonialismo occidental. Sin embargo, y como parecía razonable, en los discursos oficiales de Putin no apareció mención alguna a la presencia rusa en el continente a través del Grupo Wagner.
Las PME rusas
Prigozhin y su ejército privado Wagner habían convertido el fenómeno de las PME en un motivo de preocupación para el Kremlin. En primer lugar, el término privado es engañoso, ya que las empresas no son más que una forma de contratar mercenarios para que estos operen en interés del Estado ruso. Las PME rusas tienen relaciones contractuales directas con el Ministerio de Defensa, lo que las convierte de facto en otra unidad del ejército, solo que con más discreción sobre el terreno y ciertas ventajas organizativas.
A pesar de lo ocurrido con Prigozhin y Wagner, Moscú seguirá contando con las PME en el futuro inmediato, pero fomentando un sistema de equilibrios y contrapesos entre ellas e incrementando el control sobre sus actuaciones.
Las PME rusas son muy valiosas porque, a pesar de la diversidad, tienen una característica común: sus benefactores más directos son oligarcas de diferentes ámbitos sociales, militares de alto rango o dirigentes de distintos gremios de la estructura industrial rusa. Esta cadena de benefactores crea un conglomerado piramidal de intereses, donde, en última instancia, el presidente ruso es el principal beneficiario.
Principales PME operativas
- Cosacos: Es considerada la más antigua de las PME rusas. Se desplaza de una zona de guerra a otra desde 1992, cuando tomó parte en el conflicto armado de Moldavia.
- Redut: Sus fundadores fueron paracaidistas veteranos. Está constituida por organizaciones militares, fuerzas especiales, fuerzas aerotransportadas y de inteligencia rusas.
- Eagle: Sus miembros son militares en la reserva. Se dedican a la protección de instalaciones, el entrenamiento de personal militar y la protección de empresarios.
- Patriot: Fundada en 2018, su primera función fue la protección de altos funcionarios rusos. Está vinculada al Ministerio de Defensa y actúa bajo las órdenes del ministro, Serguéi Shoigú. Es competidora directa de Wagner.
- Lobos Nocturnos: Desde su formación en la década de los noventa, son un componente clave de la maquinaria de propaganda del Kremlin. Propagan un nacionalismo extremo. El grupo cuenta también con miembros en el este de Europa y disfruta del apoyo de Putin en sus acciones, lo que les ha hecho ganarse el apodo de los Ángeles de Putin.
- PMC Gazprom: Financiada por la empresa Gazprom. La compañía gasística anunció en febrero de 2023 su creación con el objetivo de proteger las instalaciones de la empresa.
- Convoy: Fundada en 2023. En marzo el gobernador de Crimea, Serguéi Valérievich Aksiónov, anuncio la creación del grupo.
África sin Prigozhin
El fallido levantamiento de Prigozhin y su posterior muerte generaron una gran incertidumbre sobre el futuro de la estructura de mando de Wagner, su capacidad para pagar a las tropas, la lealtad de los mercenarios a los mandos medios y altos, la cohesión de la organización y el porvenir de la presencia del grupo en África. Sin embargo, las operaciones de Wagner en la mayoría de los teatros africanos, si no en todos, han continuado. No obstante, inmediatamente después de la muerte de Prigozhin se especuló con que mercenarios de Wagner hubieran abandonado el grupo para integrarse en Redut, que operaría bajo el control de la agencia rusa de inteligencia militar exterior y del Ministerio de Defensa.
Con el modelo Wagner la influencia rusa en África se ha expandido rápidamente. Y eso a pesar de que Moscú invierte poco en el continente. La mayor parte de los costes de Wagner se han cubierto con dinero en efectivo y concesiones mineras proporcionadas por los regímenes anfitriones. En este sentido, resulta revelador que el día del accidente aéreo de Prigozhin, el viceministro de Defensa ruso, Yunús-bek Yevkúrov, se encontrara en Libia para asegurar a Khalifa Haftar el apoyo continuo de Rusia. Posteriormente, Yevkúrov visitó a las juntas militares de Mali y Burkina Faso para transmitir el mismo mensaje.
Rusia quiere que sus socios africanos tengan la seguridad de su compromiso con el continente, y seguirá ofreciéndosela. Así pues, pretende demostrar que no hay interrupción en las operaciones de Wagner durante este periodo de transición y que su influencia en África no decaerá.
No obstante, algunos autores consideran que se han exagerado el alcance y la influencia de las operaciones de Wagner en África. Hoy por hoy, la PME solo tendría una presencia militar consolidada en tres países: la República Centroafricana (unos 1500 efectivos), Libia (unos 2700 efectivos) y Mali (unos 1400 efectivos). Asimismo, existen informes que apuntan a la presencia de un pequeño contingente de mercenarios de Wagner en Burkina Faso para apoyar al gobierno militar de transición. En Sudán, según informes, Wagner ha estado apoyando a los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido en su conflicto con el ejército sudanés mediante el suministro de armas y asesoramiento militar.
Hasta ahora, la República Centroafricana es el único país donde Wagner ha ejercido una influencia política y económica considerable. Su control se extiende a partes importantes de la economía minera —especialmente el oro y los diamantes—, la industria maderera, la producción de café y la elaboración de cerveza, entre otras. También ayuda a proteger al Estado contra los grupos rebeldes y proporciona, al menos en parte, seguridad personal al presidente Faustin-Archange Touadéra. En Libia, un potencial gigante energético a las puertas de Europa, Wagner presta asistencia militar al general Khalifa Haftar en su lucha al este del país contra el gobierno internacionalmente reconocido con sede en Trípoli.
Una opa rusa sobre Wagner
La rebelión de Prigozhin puso de manifiesto riesgos estructurales en el régimen ruso originados por la autonomía de Wagner y la falta de una supervisión directa por parte del Ministerio de Defensa. Tras la desaparición de su líder, ahora es poco probable que se vaya a permitir que otras PME puedan convertirse en caldo de cultivo de deslealtades. Ahora bien, una vez que Shoigú no tiene a su rival enfrente, ¿Qué camino está siguiendo para que la influencia rusa en África, particularmente militar, siga avanzando? El objetivo es hacerse con el control de los recursos humanos de Wagner que operan en África y situarlos bajo el mando directo del Ministerio de Defensa ruso para evitar así que otra PME o que el Wagner post-Prigozhin puedan acumular el poder y la autonomía suficientes para volver a convertirse en una amenaza contra el Kremlin.
Así las cosas, a largo plazo parece poco probable que Wagner siga operando en África con su actual marca y estructura organizativa. Es vital para el Estado controlar al grupo y absorberlo. Si Rusia no logra dirigir la actividad de Wagner en África, algunas de las consecuencias podrían ser:
- Un nuevo levantamiento de los carismáticos comandantes del grupo, poseedores de una estructura autosuficiente e independiente en sus unidades, con capacidad operativa independiente y un autoabastecimiento constante de recursos humanos, materiales y armamentísticos.
- La suspensión del suministro a Rusia de materias primas como oro, diamantes, madera, gas, petróleo, hierro, cobre y piedras preciosas, necesarios para la autofinanciación de la campaña militar en Ucrania.
- Posibles alineamientos indirectos o acciones de cooperación con Occidente en la lucha contra el terrorismo yihadista en las regiones donde operan, contrarrestando de esta manera la influencia rusa en el continente.
Para conseguir este objetivo, Shoigú está impulsando la marca Africa Corps, que, en dependencia directa del Ministerio de Defensa, trabaja en campañas de propaganda para tratar de atraer a los mercenarios de Wagner y a nuevos candidatos que quieran operar en el continente africano. Pero la sustitución exitosa de la misión africana de Wagner por Africa Corps no es una tarea sencilla y encierra amenazas que pueden tirar por tierra los logros acumulados por Wagner durante los últimos años en el continente.
La transformación de la milicia privada en actor estatal probablemente va a limitar su flexibilidad operativa y sus tácticas. Por otra parte, mantener la disciplina, la jerarquía basada en el mérito y el sistema de recompensas por misión que instituyó Prigozhin podría resultar complicado. Prigozhin era conocido por compartir con sus hombres el botín de las aventuras africanas de Wagner y este tipo de generosidad no suele asociarse al Ministerio de Defensa ruso.
Por otro lado está la cuestión de la autonomía operativa. Prigozhin confiaba en sus comandantes: delegaba en ellos el poder de decisión en las operaciones sobre el terreno, una práctica que el Kremlin ha desaprobado tradicionalmente. Es poco probable que el Ministerio de Defensa, que ahora desconfía de la independencia de Wagner, adopte el modelo descentralizado de Prigozhin, uno de los factores clave en la eficacia del grupo en África. Queda también por ver si el Ministerio de Defensa consigue ganarse la lealtad de los experimentados oficiales que han estado operando en África con Prigozhin, sin los cuales se perderá una ventaja competitiva importante. Algunos mercenarios pueden decidir servir directamente a líderes africanos con los que han establecido relaciones, como ya han hecho algunos en la República Centroafricana. Además, aunque Shoigú, a través de Africa Corps, consiga hacerse con algunos o con todos los puestos africanos de Wagner, carece de la necesaria comprensión cultural, relaciones establecidas y experiencia sobre el terreno.
De Wagner a Africa Corps
A finales de noviembre, en algunos canales rusos de Telegram de temática militar se empezó a hablar de Africa Corps, un «cuerpo africano» del Ejército ruso destinado a tomar el relevo de Wagner.
El 19 de diciembre se despejaba toda duda: Africa Corps estrenaba su propio canal en Telegram, donde aclaraba desde el primer momento su cometido y lanzaba una campaña pública de reclutamiento:
«Desde hace varios meses, circulan por los canales de Telegram mensajes sobre el reclutamiento para el Cuerpo Africano, una nueva unidad del Ministerio de Defensa ruso. Sí, ¡somos nosotros!»
Al día siguiente, el 20 de diciembre, el canal de Telegram de Africa Corps explicaba su origen, su naturaleza, su objetivo y a qué público se dirigiría, además de destacar que en el reclutamiento tendrían prioridad antiguos y actuales miembros del Grupo Wagner:
«La decisión de crear el Cuerpo Africano dentro del Ministerio de Defensa ruso se tomó en el verano de 2023, tras la Cumbre Rusia-África de San Petersburgo, celebrada en julio de 2023, para ampliar la presencia militar rusa en el continente africano.
Gracias a los esfuerzos de la diplomacia exterior rusa en los últimos años, se ha reducido la influencia occidental en varios países africanos y se ha abierto una ventana de oportunidades para la realización de nuestros intereses geopolíticos. Los militares son responsables de consolidar los éxitos diplomáticos.
En el reclutamiento se da prioridad a militares con experiencia de combate, así como a antiguos y actuales empleados de la PMC Wagner. El personal de mando del cuerpo está formado por experimentados comandantes de combate de unidades de élite de las Fuerzas Armadas rusas y de las PMC, que tienen una amplia experiencia de combate».
Africa Corps se autodefine como «la quintaesencia de la experiencia de combate del ejército y las PMC, bajo el control de comandantes competentes que han pasado el calor de una operación militar especial». Además, destaca que «ahora, cuando Rusia se ha hecho fuerte y desafía al mundo entero, necesita más que nunca guerreros profesionales. ¿No te encuentras en la “vida pacífica”? ¡Ven a nosotros! ¡Nuestra profesión es la guerra!».
Otro mensaje destaca que esta «nueva estructura militar está supervisada por el viceministro ruso de Defensa, Yunús-bek Yevkúrov, que ya ha realizado dos visitas públicas a países africanos amigos. Durante una de ellas, los dirigentes de Burkina Faso, Mali y Níger formaron una Alianza político-militar de Estados del Sahel. En total, Rusia tiene acuerdos de cooperación técnico-militar con treinta Estados africanos, y otros seis están en proyecto».
Ante las dudas que supuestamente seguidores del canal de Telegram habrían manifestado respecto a la relación de Africa Corps con Wagner, se aclara:
«Cerca de la mitad del personal en el Cuerpo Africano en este momento son antiguos empleados de la PMC Wagner. Parte de los comandantes del cuerpo son antiguos comandantes de la PMC Wagner. En el proceso de selección, los antiguos combatientes de Wagner tienen ventajas y prioridad. Respetamos su servicio en la PMC Wagner y su experiencia de combate. No vamos a anular su pasado, ni prohibirles llevar los galones u otros símbolos de la PMC. Nunca se prohibirá mencionar a la PMC Wagner».
El mensaje viene acompañado de fotos de miembros del grupo Wagner:
En otros mensajes se explica lo que ofrece Africa Corps a quienes se unan:
- Un contrato con el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa y un salario alto. En concreto se especifica que la asignación dependerá de la duración del servicio y del rango.
- En este sentido, se menciona que la cuantía mínima es de 110.000 rublos (1.095 euros).
- Si se ha prestado servicio anteriormente en el Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia, se conserva el rango.
- Los pagos se hacen en moneda extranjera mientras se esté en el extranjero.
- Se disfrutará de asistencia médica y de todas las prestaciones sociales.
Las especialidades que despiertan mayor interés son: fusileros motorizados (asalto), artilleros (autopropulsados, remolcados, morteros, cohetes), tanquistas (mecánicos y artilleros), mecánicos, especialistas en comunicaciones, especialistas de las fuerzas de defensa antiaérea, operadores de estaciones, especialistas de tropas de ingenieros y especialistas en vehículos aéreos no tripulados.
Además, Africa Corps busca profesionales de las siguientes especialidades médicas: cirujanos, traumatólogos, anestesistas, especialistas en enfermedades infecciosas y enfermeros quirúrgicos. Las mujeres pueden trabajar como enfermeras y anestesistas.
El 24 de enero, el canal de Telegram anunciaba que «las primeras unidades del Cuerpo Africano del Ministerio de Defensa ruso acababan de llegar a Burkina Faso». Según el mensaje, se trataba de un contingente de cien miembros que proporcionaría seguridad al líder del país, Ibrahim Traoré, y al pueblo burkinés frente a ataques terroristas. «A estas unidades se sumarán en breve otros doscientos militares rusos». El mensaje incluye fotografías del desembarco de los primeros soldados:
En un mensaje del 25 de enero se aseguraba que el Kremlin, después del reciente desembarco en Burkina Faso, querría ampliar la presencia de Africa Corps a Níger y Mali. Además, se añadía que existían conversaciones entre el Gobierno ruso y el chadiano para desembarcar en Yamena.
A modo de conclusión: el porvenir de Rusia en el Sahel
La decisión de Mali, Burkina Faso y Níger de abandonar el G5 Sahel y la posterior y lógica disolución del grupo por parte de Chad y Mauritania en diciembre de 2023 han supuesto un duro golpe para la influencia y la cooperación de los países occidentales, particularmente Francia, en el Sahel. Por otro lado, la constitución por parte de Mali, Burkina Faso y Níger de la Alianza de Estados del Sahel en septiembre de 2023, una organización de ayuda mutua y cooperación militar bienvenida por Moscú, y su posterior salida de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental suponen un importante avance para la consolidación de la preminencia rusa en la región.
¿Qué puede ocurrir ahora con los clientes sahelianos de Wagner o Africa Corps? Los dirigentes de estos regímenes han llegado al poder por medios extraconstitucionales y están aislados internacionalmente. Así las cosas, no cabe esperar un cambio en la receptividad al apoyo paramilitar o militar de las juntas militares de Mali, Burkina Faso, Níger y Sudán. También se espera que la colaboración con los dirigentes de la República Centroafricana o con el libio Haftar continúe.
Lo que está por ver es cuál será la reacción de otros gobiernos del continente. Algunos seguirán considerando ventajoso acercarse a Rusia. Sin embargo, el alcance de Rusia en África puede haber rebasado sus posibilidades. Moscú aporta poco al continente en términos de inversión, comercio o creación de empleo. Su despliegue de mercenarios, la desinformación, la interferencia política y los acuerdos de armas por recursos conducen, en cambio, a consolidar la inestabilidad.
A pesar de la visibilidad mediática de los lazos rusoafricanos, Rusia no es un socio comercial importante para África: está muy por detrás de China, India, Turquía, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos o países de Europa Occidental.
Los factores que impulsan el interés ruso por África son el acceso a los recursos naturales, la mitigación de su aislamiento internacional, la evasión de sanciones, la competencia geoestratégica con las potencias occidentales —especialmente en el Sahel— o el apoyo diplomático en los foros internacionales. Ninguno de estos objetivos consiste en contribuir a que África sea más próspera o estable.