La lucha contra el extremismo islamista en África y las responsabilidades inminentes de la India

La lucha contra el extremismo islamista en África y las responsabilidades inminentes de la India

Samir Bhattacharya
Observer Research Foundation

Las facciones extremistas islamistas del África subsahariana se distinguen por sus diversas afiliaciones, como Al Qaeda o el ISIS. A pesar de sus conexiones con Oriente Próximo, estos grupos son principalmente autóctonos. Han utilizado mezquitas e instituciones religiosas locales para establecer su base y han explotado las divisiones étnicas para reclutar adeptos, incluidos no musulmanes. Al capitalizar los agravios sociales generalizados y las lagunas en los sistemas de bienestar, han transformado el descontento local en insurgencias violentas.

En África, la región del Sahel es actualmente la más afectada por las amenazas islamistas radicales. En Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria, los militantes islamistas atacan regularmente tanto a las fuerzas de seguridad como a la población civil. En junio de 2021, sólo en Burkina Faso había más de 921.000 desplazados. Mali informó de aproximadamente 240.000 desplazados internos, mientras que Níger tenía 489.000, incluidos refugiados de Nigeria y Mali. En Nigeria, 7,7 millones de personas necesitaron ayuda de emergencia en 2020, de las cuales la mitad eran mujeres.

A pesar de los reveses iniciales, incluida la muerte de Yusuf, el grupo evolucionó y se hizo más sofisticado y letal.

Boko Haram surgió como el primer gran grupo terrorista de África. Fundado por Mohammed Yusuf en 2002 en la región nigeriana de Maiduguri, comenzó como un movimiento religioso. No fue hasta 2009 cuando Boko Haram comenzó a lanzar ataques violentos en el norte de Nigeria. A pesar de los reveses iniciales, incluida la muerte de Yusuf, el grupo evolucionó y se hizo más sofisticado y letal. Hoy, Boko Haram opera como una entidad transnacional con tres facciones: Ansaru, ISWAP (Estado Islámico en la Provincia de África Occidental) y la original Jamaat Ahl al-Sunna lil-Dawa wal-Jihad (JAS). Cada facción opera de forma diferente, aunque comparten objetivos ideológicos.

Malí, otra nación saheliana, lucha contra el terrorismo islamista en sus regiones septentrionales, fronterizas con Argelia, Níger y Mauritania. Esta zona sufre desde hace tiempo pobreza, conflictos continuos y territorios mal controlados. Grupos como Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y el ISWAP se han aprovechado de estas condiciones para dedicarse al tráfico de drogas, la extorsión y los atentados contra civiles y fuerzas de seguridad, complicando aún más la situación de Malí en materia de seguridad.

En África Oriental, Somalia está muy afectada por Al-Shabaab, filial de Al-Qaeda. El grupo lleva 18 años luchando contra el gobierno somalí, respaldado por la ONU, inspirado por las recientes victorias de los talibanes. A pesar de que las fuerzas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) expulsaron a Al-Shabaab de Mogadiscio en 2011, el grupo sigue perpetrando atentados desde las afueras y los países vecinos.

En el sur de África, los militantes islamistas llevan activos en Mozambique desde 2017. En marzo de 2021, tomaron la provincia de Cabo Delgado, obligando a Total Energies a retirarse de un proyecto de gas natural licuado de 20.000 millones de dólares. El grupo ha matado a 2.500 civiles, y el número de desplazados internos ha aumentado de unos 70.000 a casi 700.000, con estimaciones que alcanzan el millón.
La República Democrática del Congo (RDC) se enfrenta a las amenazas de ISIS-DRC, también conocido como Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF). Activo desde abril de 2019, ISIS-DRC ha reivindicado numerosos ataques y ha matado a más de 849 civiles en 2020. El Departamento de Estado de Estados Unidos la designó como organización terrorista en marzo de 2021, y su líder, Musa Baluku, fue nombrado terrorista global.

Estrategia antiterrorista de India para África

La cooperación en materia de defensa de India con África incluye la participación en misiones de mantenimiento de la paz, la formación de soldados, la realización de ejercicios de defensa y la prestación de apoyo en materia de seguridad. Las tropas indias están presentes en casi todas las misiones africanas de mantenimiento de la paz, con una presencia significativa en la RDC. India también apoya financieramente a las misiones de mantenimiento de la paz, como AMISOM y la Misión Internacional de Apoyo a Mali, liderada por África.

El primer cónclave de ministros de Defensa India-África tuvo lugar en febrero de 2020, y habrá un segundo en octubre de 2022. En estas reuniones se hizo hincapié en el refuerzo de la cooperación antiterrorista y en materia de seguridad marítima. India se comprometió a suministrar equipamiento militar a las naciones africanas y a facilitar el intercambio de información y la vigilancia.

Bajo la presidencia de India, el Grupo de Trabajo Antiterrorista de los BRICS finalizó un plan de acción que aborda la prevención del terrorismo, la radicalización, la financiación, el uso indebido de Internet y otras cuestiones.

India y Nigeria celebraron su primer Diálogo Estratégico y Antiterrorista. Los debates se centraron en la lucha contra el terrorismo, el extremismo y la radicalización, incluido el ciberespacio. Otros países, como Tanzania y Mozambique, también están interesados en reforzar su relación en materia de defensa con India.

En julio de 2021, bajo la presidencia de India, el Grupo de Trabajo contra el Terrorismo de los BRICS finalizó un plan de acción que aborda la prevención del terrorismo, la radicalización, la financiación, el uso indebido de Internet y otras cuestiones. El plan pretende mejorar los esfuerzos antiterroristas en África y Asia Meridional.

Avanzar

En octubre de 2000, el Primer Ministro indio Vajpayee subrayó la naturaleza global del terrorismo y la necesidad de cooperación internacional. La política exterior del actual Primer Ministro Modi da prioridad a la seguridad marítima y a la lucha contra el terrorismo, como demuestran su invitación a Mauricio al margen de la SAARC y sus visitas a Seychelles y Mauricio para promover la política «SAGAR» de seguridad en el Océano Índico.

A pesar de sus compromisos, India se enfrenta a desafíos debido a la limitación de recursos y personal en África. Debe trabajar con sus aliados para mantenerse vigilante y solidaria. El compromiso histórico de India con África incluye la obligación moral de proteger a las poblaciones vulnerables. El incumplimiento de esta responsabilidad podría dañar su reputación y sus futuras alianzas. India debe seguir siendo proactiva, adaptar sus estrategias antiterroristas y aprender de las experiencias mundiales para salvaguardar sus intereses y contribuciones en África.