Nuevo análisis de la propagación del yihadismo desde el Sahel hasta las zonas septentrionales de Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín,
A medida que la situación se deteriora en Malí y Burkina Faso, aumenta la posibilidad de que el yihadismo se extienda a las zonas litorales.
La buena noticia es que en agosto no vimos ningún incidente yihadista en Ghana, Togo o Costa de Marfil. Sin embargo, en Benín, las Fuerzas Armadas beninesas se enfrentaron a los yihadistas en Kofonou, departamento de Alibori, y en Porga, comuna de Materi. También se produjeron dos detonaciones de artefactos explosivos improvisados (AEI). Cabe destacar que, el 10 de agosto, el Tribunal de Delitos Económicos y Represión del Terrorismo (CRIET) de Benín puso en libertad a 130 presuntos terroristas tras desestimar sus causas.
En Ghana, estamos prestando atención a la situación en Bawku, que experimentó una serie de violentos incidentes intercomunales no relacionados con el yihadismo. Estamos preocupados porque los yihadistas tienen un historial de instrumentalización de los conflictos locales para promover sus agendas y reclutar nuevos miembros.
En cuanto a los avances constructivos, Costa de Marfil organizó un curso de formación para reforzar las capacidades de una fuerza regional de gendarmes. En Togo, el ministro de Energía y Minas, Mawunyo Aziable, viajó a la región de Savanes para poner en marcha proyectos de electrificación destinados en parte a reforzar la resistencia de la región frente a la amenaza yihadista procedente de Burkina Faso.
La situación de seguridad en las zonas septentrionales de Benín, Costa de Marfil, Ghana y Togo no afecta de forma inmediata a las inversiones en África Occidental. En cambio, las amenazas más inmediatas son la creciente presencia yihadista en Burkina Faso y el suroeste de Malí.
A grandes rasgos, pensamos que la amenaza para los litorales continuará mientras se agrave la crisis en Burkina Faso, pero creemos que sean zonas condenadas a compartir el mismo destino.