Croacia enfrenta una de las crisis demográficas más graves de Europa, marcada por el envejecimiento poblacional, la baja natalidad y la emigración juvenil. En respuesta, el Gobierno ha lanzado una ambiciosa inversión de más de 22 millones de euros destinada a mejorar la infraestructura infantil en todo el país. Esta medida busca no solo apoyar a las familias, sino también revertir tendencias estructurales que amenazan el desarrollo sostenible del país

En el contexto de una creciente preocupación por la sostenibilidad demográfica en Europa Central y del Este, el Gobierno de Croacia ha decidido intensificar sus esfuerzos mediante una inversión significativa de 22,2 millones de euros destinada a mejorar la infraestructura y equipamiento de jardines de infancia y espacios públicos infantiles en todo el país. Esta medida, anunciada recientemente por la Secretaria de Estado del Ministerio de Demografía e Inmigración, Željka Josić, forma parte de una estrategia más amplia para combatir el estancamiento poblacional y revertir tendencias de despoblación que amenazan la viabilidad futura del Estado croata, especialmente en regiones interiores menos desarrolladas.
La iniciativa comprende la implementación de 630 proyectos individuales repartidos por todas las provincias del país, con un enfoque doble: por un lado, la mejora de instalaciones en jardines de infancia, incluyendo la adquisición de equipamiento didáctico, creación de salas sensoriomotoras y adecuación de espacios exteriores; por otro, el desarrollo de áreas públicas y parques infantiles que respondan a necesidades de socialización infantil y cohesión comunitaria. Entre las regiones más beneficiadas se encuentran Osijek-Baranja, Brod-Posavina, Varaždin, Zagreb y Split-Dalmacia, territorios que, por sus características demográficas, económicas y geográficas, representan tanto desafíos como oportunidades en la redistribución territorial del crecimiento.
Esta política no solo tiene implicaciones inmediatas en el ámbito educativo y social, sino que se inscribe dentro de un marco estratégico mayor orientado a incidir en los factores estructurales que determinan las decisiones reproductivas de la población joven. Como ha señalado Josić, la existencia de instalaciones adecuadas para la infancia es un paso esencial, pero no suficiente por sí solo para aumentar la natalidad. La decisión de tener hijos se relaciona con un conjunto complejo de variables socioeconómicas: condiciones laborales estables, acceso a la vivienda, educación de calidad, y la percepción de seguridad futura. Así, esta intervención gubernamental debe entenderse como una pieza dentro de una arquitectura de políticas públicas más amplia que busca ofrecer respuestas transversales y sostenibles a largo plazo.
Desde una perspectiva geoeconómica, esta inversión representa un intento por fortalecer la resiliencia territorial y económica de Croacia frente a los efectos de la despoblación, particularmente en áreas rurales o semiurbanas donde el éxodo juvenil ha dejado vacíos generacionales. La pérdida constante de población en estas zonas no solo debilita el tejido social local, sino que también compromete su competitividad económica. Sin una masa crítica de población activa y joven, se hace difícil sostener servicios públicos, atraer inversiones o innovar productivamente. En este sentido, la creación de espacios atractivos para la vida familiar puede funcionar como un instrumento de reequilibrio territorial, fomentando el asentamiento y evitando la concentración demográfica excesiva en los centros urbanos o la emigración al extranjero, un fenómeno particularmente marcado en Croacia desde su adhesión a la Unión Europea en 2013.
En términos geopolíticos, la dinámica demográfica croata está vinculada a tendencias más amplias que afectan a los Balcanes Occidentales y a Europa del Este en general. La región se encuentra atrapada entre procesos de envejecimiento acelerado, tasas de natalidad insuficientes y fuertes flujos migratorios hacia el oeste de Europa. Esta situación amenaza con transformar a Croacia —y a otros países de su entorno— en territorios periféricos dentro del marco europeo, con menor peso político y capacidad de influencia. La demografía, en este sentido, se convierte en un vector de poder: países con poblaciones estables o en crecimiento tienden a tener mayor dinamismo económico y mayor proyección internacional. Por ello, la inversión del Gobierno croata debe ser entendida también como una estrategia para preservar su relevancia en el tablero regional y europeo.
Asimismo, la implementación de políticas favorables a la conciliación familiar, como horarios laborales flexibles o el trabajo remoto, mencionadas también por la Secretaria Josić, reflejan una adaptación progresiva del tejido empresarial y del modelo productivo a las nuevas realidades sociales. Este cambio de paradigma en la cultura laboral puede ser decisivo para aumentar la natalidad, al reducir la presión que enfrentan las mujeres —y en general los progenitores— al intentar compatibilizar la vida profesional con la crianza. De hecho, numerosos estudios internacionales subrayan que los países con mayor tasa de fecundidad en Europa, como Francia o los países nórdicos, coinciden con aquellos que han promovido políticas robustas de apoyo a la familia y la igualdad de género en el entorno laboral.
En definitiva, la apuesta del Gobierno croata por mejorar la infraestructura educativa infantil representa mucho más que una inversión puntual en equipamiento: es una manifestación de una política de Estado que busca influir en el comportamiento demográfico, en la equidad territorial y en la sostenibilidad de su modelo de desarrollo. La verdadera efectividad de estas medidas dependerá, sin embargo, de su integración coherente con otras políticas públicas complementarias y del grado en que logren revertir no solo las estadísticas, sino las percepciones sociales sobre el futuro, la seguridad y el bienestar de formar una familia en Croacia. Solo entonces estas inversiones podrán consolidarse como pilares de un renacimiento demográfico que no solo fortalezca al país desde dentro, sino que le otorgue una posición más estable y competitiva dentro del contexto geopolítico europeo.