Analistas advierten que la región del Sahel debe negar refugio a los militantes

Analistas advierten que la región del Sahel debe negar refugio a los militantes

 Ibrahim Ahmed

Estado Islámico está extendiendo su influencia a otras regiones, incluido el Sahel africano, y los expertos advierten que los países de la región deben tomar medidas para evitar que los grupos militantes se reagrupen en estas áreas.

Tras haber perdido la mayor parte del territorio que una vez controló en Irak y Siria, los combatientes del grupo terrorista supuestamente están estableciendo vínculos con organizaciones militantes locales.

«Una fortaleza clave de estas organizaciones extremistas ha sido su capacidad para moverse con facilidad a través de las fronteras nacionales dentro del Sahel, lo que les permite reagruparse después de los reveses, y para reponer sus filas con la afluencia de combatientes, armamento y recursos», dijo a la VOA Jennifer G. Cooke, de la Escuela Elliott de Asuntos Internacionales de la Universidad George Washington.

Los funcionarios de la región del Sahel también han expresado su preocupación por la creciente militancia y han advertido de que los grupos militantes no sólo están desestabilizando la región, sino que también suponen una amenaza para la seguridad de otros países.

«La mayoría de estos terroristas están abandonando estos lugares para venir al Sahel, refugiarse allí y organizar atentados contra todo el mundo». afirmó Abdoulaye Diop, ministro de Asuntos Exteriores de Malí, durante un debate en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington, a finales del año pasado.


El ministro de Asuntos Exteriores de Mali, Abdoulaye Diop, espera para hablar durante un evento en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales el 1 de noviembre de 2017, en Washington.

Michael Shurkin, politólogo sénior de la Rand Corporation, comparte las preocupaciones de Diop.

«Existe una preocupación legítima de que, si se les permite, los grupos extremistas se conviertan en una amenaza directa para Estados Unidos y sus amigos al convertir la región en un nuevo Afganistán, donde los talibanes dieron libertad a Al Qaeda para organizar los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.»

G5 Sahel

Con el fin de acabar con los grupos militantes de la región, cinco países -Níger, Chad, Malí, Burkina Faso y Mauritania- crearon una fuerza conjunta conocida como el G5, compuesta por 5.000 efectivos militares y policiales, encargada de llevar a cabo operaciones antiterroristas a lo largo de las regiones fronterizas comunes de los cinco países.

Sin embargo, el G5 Sahel aún no es plenamente operativo debido a problemas de financiación y logística.


El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a la izquierda, se reúne con el general del ejército maliense Didier Dacko, comandante de la Fuerza del G5 Sahel durante la visita de dos días de Guterres a Malí, 29 de mayo de 2018.

El martes, durante una visita a Malí, el país más afectado por el terrorismo entre los del G5, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hizo un llamamiento a los donantes para que proporcionen un apoyo más sostenible a la fuerza del G5 Sahel.

«La comunidad internacional debe comprender la necesidad de proporcionar a los países del G5 del Sahel un apoyo previsible», declaró Guterres.

En febrero, varios países se comprometieron a aportar 509 millones de dólares al G5, justo por debajo del presupuesto inicial del grupo de 529 millones de dólares, pero las contribuciones aún no se han hecho efectivas.

Algunos analistas, como Cooke, de la Universidad George Washington, advierten de que el G5 debe ponerse las pilas para que los socios internacionales no pierdan interés.

«La fuerza se ha ganado el apoyo inicial de los socios europeos, Estados Unidos, Arabia Saudí y otros, todos ellos convencidos de la necesidad de una mayor cooperación regional en materia de seguridad», señala Cooke. «Si la puesta en marcha de la fuerza conjunta se empantana en desacuerdos o retrasos, es muy probable que los socios internacionales pierdan interés».

Opción militar

Algunos expertos sostienen que la opción militar no es la única respuesta al problema del extremismo en la región.

«Igualmente importante, sin embargo, será utilizar la influencia diplomática y de desarrollo de Estados Unidos para presionar a los gobiernos de la región para que piensen más allá de lo militar y aborden no sólo los síntomas, sino también los motores de la violencia y la inseguridad», dijo Cooke.

Michael Shurkin, de la Rand Corporation, coincide con la valoración de Cooke.

«La respuesta es una combinación de desarrollo económico y político a largo plazo, junto con un progreso constante de las fuerzas de seguridad de los países miembros», afirmó Shurkin. «Se trata tanto de oportunidades como de integrar a las poblaciones marginadas».

El papel de Estados Unidos

Un portavoz militar estadounidense dijo a la VOA que se están coordinando con el G5 sobre el terreno.

Samantha Reho, portavoz del Mando de Estados Unidos en África, dijo que el mes pasado varios oficiales militares de la Fuerza G5 participaron en el ejercicio anual Flintlock, organizado por el Mando de Fuerzas Especiales de Estados Unidos en cooperación con naciones de todo el Sahel. Flintlock está diseñado para fomentar la cooperación regional con el fin de estabilizar las regiones del norte y oeste de África, y reducir la presencia de organizaciones extremistas violentas.

Tropas de las fuerzas especiales nigerianas debriefing con sus entrenadores canadienses después de los simulacros en los ejercicios Flintlock en Ouallam, Níger 18 de abril de 2018.

Reho agregó que la Fuerza G5 es una nueva iniciativa y que aún no se ha determinado cómo la apoyará Estados Unidos.

«Pero lo que puedo decirles es que cualquier apoyo directo que brindemos será [en] conjunto y en coordinación con esas respectivas naciones anfitrionas y otros socios internacionales y de la ONU, principalmente los 4,000 soldados de Francia, que han tenido una presencia militar de larga data en la región», dijo Reho.

Shurkin, de la Rand Corporation, cree que trabajar con los franceses en el Sahel será una buena idea.

«Estados Unidos puede ayudar a que la fuerza del G5 sea más eficaz, trabajando en tándem con los franceses, no aislados de ellos», afirmó.