Analizando el impacto que los conflictos armados están teniendo en la amplificación de situaciones de crisis, emergencias y catástrofes humanitarias en las que la población civil se ve impotente para poder subsistir debido a los enfrentamientos que existen en sus regiones
Es difícil encontrar un momento de la historia humana en la que los conflictos no hayan sido o estén siendo un factor determinante en el surgimiento y agravamiento de diversas crisis humanitarias a nivel mundial. En estos momentos, desde la inseguridad alimentaria en la República Democrática del Congo hasta los desplazamientos internos en Ucrania, las confrontaciones armadas activas en varios continentes están desempeñando un papel central en estas situaciones de emergencia y las que están incrementando la dificultad de hacer llegar asistencia a las personas que las están sufriendo.
En la actualidad, existen más de 110 conflictos armados en todo el mundo. Debido a guerras regionales, intervenciones extranjeras, ataques devastadores contra civiles y otras causas, aproximadamente el 14% de la población mundial se encuentra afectada por situaciones de este tipo. La violencia que rodea a las poblaciones civiles no solo causa daños directos a las infraestructuras esenciales, sino que también contamina los suministros de alimentos y agua, y contribuye a la pobreza extrema.
Los conflictos son motores de crisis humanitarias, perturbando todas las facetas de la sociedad y creando un ciclo pernicioso que impide a las personas satisfacer sus necesidades básicas. La población afectada pierde acceso a alimentos, agua potable, atención sanitaria, educación y otros elementos fundamentales para su bienestar y desarrollo.
Además, en mayor o menor grado, todos los conflictos armados fuerzan a la población civil a abandonar sus hogares, provocando desplazamientos masivos que pueden sobrecargar a los países vecinos y limitar su capacidad para apoyar a los refugiados. Es duro afirmar que estamos presenciando la mayor crisis de refugiados del mundo, con aproximadamente 114 millones de personas desplazadas a nivel global debido a conflictos, persecuciones y violaciones de derechos humanos.
Sin intervención masiva de la comunidad internacional y sin el aumento de los recursos disponibles para la ayuda humanitaria, es probable que estas cifras continúen aumentando. Para obtener una visión general del impacto que conflictos armados están teniendo actualmente en nuestra sociedad, veamos ocho de las crisis humanitarias más extendidas en el mundo y que están causando un verdadero sufrimiento a millones de seres humanos.
Inseguridad Alimentaria en la República Democrática del Congo
Más de 23 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria en la República Democrática del Congo (RDC). Durante más de una década, la RDC ha estado inmersa en un conflicto continuo, afectando gravemente a las comunidades en el este del país. Los enfrentamientos violentos han desplazado a más de 7 millones de civiles de sus hogares.
En el presente año, la violencia ha escalado, y las organizaciones humanitarias han reportado casos de asesinatos masivos de civiles. Las escaramuzas en todo el territorio interrumpen importantes rutas de transporte, dificultando la labor de los grupos de ayuda para alcanzar a los civiles necesitados. Con la destrucción de fuentes de agua y alimentos debido a la violencia, 23 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Como en general sucede, además, las mujeres y las niñas enfrentan diariamente el dilema de salir a buscar comida ante el riesgo de ser acosadas o agredidas; y ya se han reportado más de 46.000 casos de violencia de género en la RDC en un periodo de nueve meses el pasado año 2023.
Ayuda Alimentaria y Humanitaria en Siria
Más de 15,3 millones de personas en Siria necesitan ayuda alimentaria y humanitaria. Después de más de una década de conflicto, la población siria enfrenta una de las crisis humanitarias más prolongadas del mundo. Más de 12 millones de sirios se han visto obligados a huir de sus hogares, buscando refugio en países vecinos y más allá, lo que ha sobrecargado los recursos de las agencias de ayuda que intentan satisfacer sus necesidades básicas.
La guerra civil en Siria, que se originó con la primavera árabe y las subsecuentes protestas, ha devastado ciudades, destruido infraestructuras y paralizado la economía, obligando a la mitad de la población del país antes del conflicto a vivir en otros lugares.
En una nación donde los conflictos son frecuentes, la pobreza extrema se ha convertido en una realidad cotidiana para millones de sirios; actualmente, el 90% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
Además, los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 y el terremoto devastador que golpeó la región el año pasado continúan afectando a la población. La ONU estima que se necesitan 9.000 millones de dólares para proporcionar la ayuda humanitaria necesaria para cubrir las necesidades de 16,7 millones de sirios.
Impacto del Conflicto Interno en la Infraestructura de Yemen
Durante la última década, Yemen ha sido devastado por una intensa guerra civil, dejando a más de 21,6 millones de personas en necesidad de ayuda humanitaria. El conflicto ha destruido infraestructuras esenciales, incluidos hospitales, escuelas y sistemas de abastecimiento de agua, y ha perturbado gravemente la economía, llevando a casi el 83% de la población a vivir en la pobreza. El Comité Internacional de Rescate (IRC) ha advertido sobre una prolongada crisis alimentaria, con 17 millones de personas sufriendo niveles de emergencia de inseguridad alimentaria, entre ellas 2,2 millones de niños desnutridos.
Los bloqueos en el interior del país y en el Mar Rojo han interrumpido rutas marítimas cruciales, dificultando los esfuerzos de ayuda. Según el gobierno británico, más del 70% de los alimentos básicos se importan a través del Mar Rojo, y los bloqueos agravan los niveles de hambre entre millones de yemeníes.
Desplazamientos Masivos en Burkina Faso debido a Enfrentamientos Internos
Los enfrentamientos en Burkina Faso afectan cada vez más a amplias regiones, colocando a los civiles en medio del conflicto. Desde 2019, más de 2 millones de personas viven en zonas sitiadas, enfrentando amenazas diarias de violencia. En 2021, los ataques llevaron a más de 237.000 personas a huir de sus hogares, y el número total de refugiados ha aumentado constantemente. Actualmente, más de 2,1 millones de personas están desplazadas, y miles han huido al vecino Mali en el primer semestre de 2024.
El gobierno central trabaja para recuperar territorio de grupos armados no estatales, pero la financiación de los servicios básicos es escasa. Más del 40% de la población vive por debajo del umbral nacional de pobreza, y los bloqueos controlados por los rebeldes impiden que los recursos vitales lleguen a los más afectados por la violencia.
Además, el cambio climático está exacerbando la inseguridad alimentaria en el país. Las escasas precipitaciones del año, combinadas con una intensa ola de calor en la región del Sahel, han provocado malas cosechas y la muerte de ganado, limitando aún más el ya escaso suministro de alimentos necesario para satisfacer las necesidades de la población.
Impacto de la Guerra Civil en Sudán y Sudán del Sur
Desde la independencia de Sudán del Sur en 2011, ambos países han permanecido interconectados, y actualmente, enfrentan una crisis humanitaria severa. La guerra civil en Sudán, que ha entrado en su segundo año, y la violencia entre facciones en Sudán del Sur han agravado una situación ya catastrófica, desplazando a un total de aproximadamente 6 millones de personas.
Informes sobre asesinatos masivos y limpieza étnica han convertido la vida cotidiana en Sudán en un riesgo constante. El uso de explosivos y la impunidad generalizada han incrementado significativamente las víctimas civiles. En Sudán, al menos 15.550 personas han muerto en el último año de guerra civil; en Sudán del Sur, cientos de civiles fueron asesinados el año pasado. Estos conflictos también han generado altos índices de violencia de género y acoso, afectando gravemente a mujeres y niñas en ambos países.
Se estima que 7,1 millones de personas en Sudán del Sur enfrentarán este año niveles críticos o peores de inseguridad alimentaria. Asimismo, un tercio de los 49 millones de habitantes de Sudán se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda. La agricultura ha sido gravemente afectada por la violencia, limitando las oportunidades de los civiles para cultivar y vender alimentos.
La situación actual es catastrófica y se prevé que empeore si no se mantiene y amplía la ayuda humanitaria.
Crisis Humanitaria y Riesgo de Hambruna en Gaza
El 7 de octubre de 2023, Hamás perpetró un ataque que resultó en la muerte de más de 1.200 israelíes y el secuestro de más de 240 personas. Desde entonces, el conflicto resultante ha provocado una destrucción masiva, incluyendo la muerte estimada de decenas de miles de palestinos en Gaza.
Además de la pérdida de hogares, medios de subsistencia y vidas, los sobrevivientes del conflicto enfrentan una crisis humanitaria severa. La ayuda alimentaria, crucial para la supervivencia, rara vez llega a manos de la población afectada. Según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), la hambruna es inminente para 1,1 millones de personas en Gaza que sufren niveles graves de inseguridad alimentaria.
Las organizaciones de ayuda han enfrentado enormes dificultades para entregar suministros a la población de Gaza. Las pérdidas en el acceso a la educación para los niños, la exposición desproporcionada a la violencia para las mujeres y las niñas, y la escasez de suministros médicos han exacerbado la crisis humanitaria en la región.
Desplazamiento Masivo en Ucrania
La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 ha desencadenado la mayor migración forzada en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, resultando en 3,7 millones de desplazados internos y 6,5 millones de refugiados en otros países. Dos años de conflicto han devastado vidas y medios de subsistencia en toda Ucrania.
Mientras los hombres ucranianos de entre 25 y 60 años son reclutados para combatir, las familias que dejan atrás luchan por encontrar alimentos y agua potable, en medio de la destrucción causada por la guerra. Conocida como el granero de Europa, las valiosas cosechas de trigo de Ucrania están constantemente amenazadas por los combates, lo que desestabiliza la producción alimentaria tanto a nivel mundial como dentro del país.
Además, la destrucción sistemática de hospitales por parte de Rusia ha dificultado la atención a la población civil, especialmente en un contexto donde los ataques con misiles continúan debilitando las ya frágiles infraestructuras del país. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) estima que 14,6 millones de personas necesitan ayuda humanitaria.
En cuanto a la violencia de género, las mujeres en tránsito corren un mayor riesgo de explotación y abusos sexuales. Además, el estrés inducido por el conflicto ha incrementado las tasas de violencia doméstica; los datos recientes de la Policía Nacional de Ucrania muestran un aumento del 51% en los casos registrados de violencia doméstica en 2023 en comparación con 2022.
Necesidades Humanitarias en Afganistán
Cuatro décadas de conflicto han moldeado la vida cotidiana y las experiencias de los 41 millones de habitantes de Afganistán. La toma del poder por los talibanes en 2021 exacerbó una ya alarmante crisis humanitaria.
Según la ONU, 30,6 millones de afganos requieren urgentemente ayuda humanitaria para cubrir todas las áreas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Muchos servicios esenciales han perdido financiación desde la llegada al poder de los talibanes, ya que los trabajadores cualificados han huido y las inversiones extranjeras se han retirado del país.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha mantenido una presencia constante en Afganistán durante décadas, suministrando comidas escolares y trabajando para garantizar el acceso constante a alimentos. Sin embargo, como resultado del conflicto, el PMA informa que 1 de cada 3 afganos no sabe de dónde provendrá su próxima comida.
Conclusión
Las crisis humanitarias detalladas evidencian el impacto devastador de los conflictos armados y la violencia política en diversas regiones del mundo. Desde la inseguridad alimentaria en la República Democrática del Congo hasta el desplazamiento masivo en Ucrania, cada situación resalta la vulnerabilidad de millones de personas atrapadas en zonas de conflicto.
En Yemen, Sudán, y Sudán del Sur, la guerra civil ha destruido infraestructuras esenciales y provocado crisis alimentarias severas. En Burkina Faso, los desplazamientos forzados y el cambio climático agravan la inseguridad alimentaria. En Gaza, el conflicto armado ha llevado a una crisis humanitaria extrema con riesgos inminentes de hambruna.
Afganistán, bajo el gobierno de los talibanes, enfrenta un retroceso en la provisión de servicios esenciales y una grave inseguridad alimentaria, afectando profundamente la vida de sus habitantes. Cada uno de estos contextos subraya la urgente necesidad de intervención y apoyo humanitario sostenido para aliviar el sufrimiento y proporcionar asistencia vital a las poblaciones afectadas.