Malí: apoyo ucraniano a los rebeldes tuaregs, la junta militar rompe relaciones con Kiev

Malí: apoyo ucraniano a los rebeldes tuaregs, la junta militar rompe relaciones con Kiev

Agenzia Nova 

 

La reacción de la junta en el poder en Malí fue inmediata tras la dura derrota sufrida por sus fuerzas armadas en Tinzaouten, en el norte del país, con la muerte de decenas de soldados malienses y de mercenarios rusos pertenecientes al antiguo grupo Wagner. En un comunicado, el gobierno de transición dirigido por el coronel Assimi Goita ha anunciado de hecho la ruptura de relaciones diplomáticas con Ucrania, después de que en los últimos días un portavoz de la Dirección Principal de Inteligencia ucraniana (HUR), Andriy Yusov, hubiera admitido la implicación de Kiev en la emboscada llevada a cabo por los rebeldes tuaregs, que entre el 25 y el 27 de julio causó la muerte de 131 hombres, entre ellos 47 soldados gubernamentales malienses y 84 mercenarios rusos. La Junta se declaró entonces «profundamente sorprendida» por las palabras de Yusov.

«Estas gravísimas declaraciones demuestran un claro apoyo por parte del gobierno ucraniano al terrorismo en África, en el Sahel y más concretamente en Mali», se lee en la nota, en la que Bamako afirma que apoya «totalmente» las «alegaciones hechas por Rusia» sobre el «carácter neonazi y perverso» de las autoridades ucranianas. Por ello, la junta militar anuncia la ruptura de relaciones diplomáticas con efecto inmediato, la consulta a las autoridades judiciales por la «apología del terrorismo» perpetrada por Kiev con sus contenidos y vídeos, y el llamamiento internacional a no apoyar a Kiev. «Mali considera el apoyo a Kiev como un apoyo al terrorismo internacional», rezaba el comunicado.

La postura se produce después de que, en los últimos días, el portavoz de los servicios de inteligencia ucranianos admitiera que los rebeldes tuaregs habían recibido la «información necesaria para llevar a cabo un ataque con éxito contra los criminales de guerra rusos, y no sólo contra ellos». Yusov afirmó que más adelante se darían a conocer «más detalles» sobre la operación. Vídeos de la operación fueron difundidos por el ejército ucraniano y filmados por algunos representantes de Kiev: es el caso de la embajada ucraniana en Senegal, cuya posición suscitó una fuerte reacción de Burkina Faso -país que, como Mali, está gobernado por una junta militar prorrusa- y una advertencia formal del gobierno senegalés al embajador ucraniano en Dakar, Yuriy Pivovarov.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Senegal no dudó en convocar al diplomático tras la publicación en la página de Facebook de su embajada de un vídeo propagandístico del Ejército ucraniano, acompañado de un comentario en el que el propio Pivovarov ofrece un «apoyo inequívoco e incondicional» al ataque lanzado en el norte de Malí por los rebeldes tuaregs contra las Fuerzas Armadas de Malí (Fama). Senegal, que mantiene una «posición de neutralidad constructiva en el conflicto ruso-ucraniano», «no puede tolerar ningún intento de trasladar a su territorio la propaganda mediática en curso en este conflicto», explica el ministerio de Dakar. Senegal reitera también su condena del terrorismo en todas sus formas y del atentado cometido por grupos terroristas en suelo maliense, y renueva su solidaridad con el gobierno y el pueblo de Malí.

Complica la dinámica del atentado y explica los agravios internacionales contra Kiev la participación en los ataques de rebeldes tuaregs próximos al Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (Jnim), grupo afiliado a Al Qaeda que en los últimos años ha conquistado importantes porciones de territorio en la región del Sahel, oponiéndose a las milicias del Estado Islámico. Los enfrentamientos comenzaron el pasado 20 de julio en la región maliense de Tinzaouaten, en la frontera norte con Argelia, y en ellos participaron las Fuerzas Armadas Malienses (Fama), apoyadas por los antiguos wagner, por un lado, y los grupos tuareg y yihadistas del Jnim, por otro. La victoria fue reivindicada con fotos y vídeos por el Marco Estratégico para la Defensa del Pueblo de Azawad (CSP-Dpa), una alianza de combatientes separatistas predominantemente tuaregs que reclaman la autonomía regional bajo el antiguo nombre de Azawad (nombre con el que los grupos tuaregs denominan a la región septentrional de Malí).

La zona del norte de Malí, en la frontera con Argelia, es escenario de intensos combates desde hace semanas. Antes de la batalla de Tinzaouaten, el ejército de Bamako había anunciado que había tomado el control de la ciudad de Inafarak, a sólo diez kilómetros de la frontera. Un comunicado de las Fuerzas Armadas de Malí (Fama) define la ciudad como un «cruce comercial muy importante», objeto de «tráficos» y utilizada por la «coalición mafiosa de grupos armados, autores de abusos y chantajes contra poblaciones pacíficas», en referencia a los yihadistas del Jnim y los rebeldes tuaregs de la coalición Csp-Dpa, firmantes del acuerdo de paz de 2015 roto después por Bamako. El pasado noviembre, el ejército maliense y sus aliados rusos liderados por el grupo Wagner habían repelido a los rebeldes de la Csp de su bastión de Kidal. Su llegada, ocho meses después, a Inafarak -situada a más de 120 kilómetros al norte de Tessalit, en la frontera con Argelia- había constituido una cierta demostración de fuerza y un duro golpe para los rebeldes, cuyos combatientes se replegaron en su mayoría hacia la frontera argelina. La derrota en Tinzaouaten parece marcar ahora un giro en la evolución del conflicto.