Terrorismo: los países costeros ya no son inmunes

Terrorismo: los países costeros ya no son inmunes

El 1 de mayo de 2019, el secuestro de dos turistas franceses en el parque Pendjari de Benín, y su traslado a la vecina Burkina Faso, confirma a ojos de los expertos la extensión de la violencia terrorista a los países costeros de África Occidental. Para frenar el mal, Benín debe centrarse en reducir las "vulnerabilidades", defiende el investigador Michael Matongbada.

Ouestafnews

«Nuestras investigaciones demuestran que los grupos extremistas violentos se apoyan en las vulnerabilidades individuales, sociales y estructurales para establecerse u operar», explica Matongbada, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS) de Dakar, en una entrevista concedida a Ouestaf News.

Los grupos armados suelen establecerse en «zonas remotas o fronterizas con escaso control gubernamental, donde el vínculo entre el Estado central y la población es débil», según el investigador del ISS.

El secuestro de dos turistas franceses en el parque de Pendjari (en el extremo noroeste de Benín) y el asesinato de su guía terminó en Burkina Faso con la liberación de los rehenes por un comando francés. El secuestro se interpretó como una señal de que la amenaza se cierne ahora sobre todos los países de África Occidental.

«La liberación de los dos turistas en la región del Sahel de Burkina Faso, fronteriza con Mali, muestra la capacidad de los grupos para desplazarse de un país a otro, aprovechando la porosidad de las fronteras», señala Michael Matongbada.

No es la primera vez que un país costero del Golfo de Guinea es objetivo de grupos terroristas. En marzo de 2016, un atentado contra el balneario de Grand Bassam, en Costa de Marfil, fue reivindicado por Al Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi). En el atentado murieron 19 personas.

El 16 de mayo de 2019, el Gobierno de Benín anunció nuevas medidas de seguridad en el parque nacional de Pendjari, donde fueron secuestrados los turistas franceses, en respuesta a esta creciente amenaza. Las primeras medidas incluyen la introducción de un sistema de alerta y asistencia para los turistas y sus medios de desplazamiento dentro del parque.

Las otras medidas de seguridad anunciadas incluyen el aumento del número de guardas desplegados en el parque; la implicación de las fuerzas armadas beninesas en el trabajo de los guardas sobre el terreno; la puesta en marcha de un sistema de alerta y asistencia para los turistas y sus medios de desplazamiento dentro del parque; el aumento del equipamiento y las instalaciones de los guardas en el parque; y, por último, el refuerzo de la inteligencia en torno al parque.

¿Prevención?

Junto con sus vecinos, Benín ha llevado a cabo una serie de acciones militares para prevenir la violencia de los grupos armados que desde hace tiempo proliferan en el Sahel. Entre ellas, la participación de Benín en la operación conjunta «Koudalgou» en mayo de 2018 con Burkina Faso, Togo y Ghana. Esta operación condujo a la detención de casi 200 personas, algunas de las cuales eran sospechosas de pertenecer a grupos extremistas violentos.

La respuesta militar es «necesaria» pero «no suficiente», considera Matongbada. «La conceptualización de esa respuesta debe seguir ciertas normas, como el respeto de los derechos humanos, el fortalecimiento del vínculo de confianza entre las fuerzas de defensa y seguridad y la población, y la mejora de la gobernanza», sostiene.

Desde 2018, el gobierno beninés ha emprendido varias iniciativas destinadas a lograr una mejor comprensión compartida de la amenaza asociada al extremismo violento y su propagación. Estas incluyen marcos para compartir análisis y experiencias entre las partes interesadas, el nombramiento de un secretario permanente para dirigir la Comisión Nacional de Lucha contra la Radicalización, el Extremismo Violento y el Terrorismo (CNL-CREVT) y la creación del Tribunal de Represión de Delitos Económicos (CRIET).

Siguiendo la misma lógica que el investigador del ISS, Gilles Yabi, analista político y presidente del comité de dirección de Wathi (un think tank de África Occidental con sede en Dakar), considera que la salida pasa por inventar una nueva forma de gobernanza pública.

Hay «pocos indicios de un compromiso firme seguido de acciones concretas para reducir las desigualdades económicas y sociales extremas», escribe en un artículo publicado en la página web de su organización. Para Gilles Yabi, «no hay alternativa al refuerzo y la renovación de los Estados». Siete años después de que las ciudades del norte de Malí fueran liberadas del control de los grupos yihadistas, la violencia terrorista no ha remitido.

Desde el norte de Malí, la violencia se ha extendido al centro del país y a países vecinos como Burkina Faso y Níger. En Burkina Faso, los grupos terroristas, que empezaron atacando restaurantes y hoteles de Uagadugú frecuentados por occidentales, atacan cada vez más lugares de culto. Desde el primer atentado en enero de 2015, los ataques terroristas han matado a más de 300 personas en Burkina Faso, según cifras oficiales.

Níger, que ya ha sufrido incursiones de la secta Boko Haram, también tiene que lidiar con grupos terroristas procedentes del Sáhara. El 14 de mayo de 2019, en la región de Tillabéry (cerca de la frontera con Mali), una emboscada acabó con la vida de 28 miembros del ejército nigerino.

En los países costeros, el secuestro de turistas en suelo beninés es claramente preocupante. El 15 de mayo de 2019, el Consejo de Ministros de Togo adoptó la creación de un comité interministerial de prevención y lucha contra el extremismo violento (Ciplev).

«En un contexto de atentados recurrentes, Togo debe anticiparse y dotarse de los medios necesarios para prevenir y combatir el extremismo violento», escribe Republicoftogo.com, el diario oficial del Gobierno.

También se intensificará la cooperación en materia de seguridad entre Benín, Togo y Ghana. El Ministro de Seguridad Interior de Ghana, Albert Kan-Daapah, estuvo en Lomé durante la jornada y mantuvo conversaciones con su homólogo togolés y con el Presidente Faure Gnassingbé.