Drama de los migrantes: el silencio culpable de los Estados africanos

Drama de los migrantes: el silencio culpable de los Estados africanos

Ouestafnews

Contar las muertes en las rutas migratorias africanas, y en las aguas de los mares hacia Europa, daría vértigo. Es una tragedia africana más ante la que los gobiernos permanecen callados e inactivos.

«La estrategia de los países africanos es no hablar de ello. Nuestros jefes de Estado lo han utilizado como válvula de escape contra las tensiones internas relacionadas con el desempleo y la pobreza», argumenta Boubacar Sèye, Presidente de Horizontes Sin Fronteras (HSF, con sede en Dakar), en una entrevista concedida a Ouestafnews.

Estas declaraciones se producen tras el hallazgo de 52 cuerpos sin vida en pleno desierto a finales de junio de 2017. Otra tragedia que se suma a una larga lista de muertes en los últimos años en las rutas transaharianas, cada vez más utilizadas por los migrantes que intentan llegar a Europa a través de Níger y Libia.

A diferencia de la cuestión de la seguridad, que ha movilizado a casi todos los jefes de Estado de África Occidental, sobre todo con la creación del G5 Sahel, la migración «clandestina» de jóvenes africanos hacia Europa y sus repetidas tragedias desde hace más de una década no han suscitado demasiado interés por su parte.

«El tema sigue siendo tabú, como demuestra la controversia sobre el número de muertos, simplemente porque ningún jefe de Estado acepta ayudar a identificar a las víctimas», afirma Sèye.

Desde agosto de 2016, Níger aplica una ley que prohíbe el «tráfico ilícito de migrantes» con penas de hasta 30 años de cárcel.

Según los testimonios de migrantes transmitidos por varias organizaciones no gubernamentales y la OIM, la mayoría de los migrantes encontrados muertos habían sido abandonados en medio del desierto por sus traficantes. Estos traficantes actúan principalmente en la región de Agadez (norte de Níger), escala esencial en el camino hacia la frontera libia.

Entre abril y finales de junio de 2017, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) anunció que había rescatado a más de 600 migrantes en diversas operaciones de salvamento en el desierto, según un comunicado recibido por Ouestafnews.

En opinión de Boubacar Sèye, no se puede luchar contra el fenómeno en África ignorando las desigualdades sociales que se traducen en «un desempleo masivo» y «la existencia de una pequeña franja que acapara toda la riqueza».

El Presidente de HSF constata de paso el «juego hipócrita» al que juegan los occidentales y los jefes de Estado africanos sobre esta cuestión.

Según el Sr. Sèye, aunque guardan silencio sobre la cuestión, los gobiernos africanos dan la cara cuando se trata de captar fondos, mientras que la Unión Europea cierra sus fronteras, sabiendo que necesita recurrir a la migración para sostener su desarrollo.

En la cumbre euroafricana sobre migración celebrada en La Valeta (Malta) en noviembre de 2015, la Unión Europea decidió poner a disposición 1.800 millones de euros para ayudar a los países africanos a frenar el flujo migratorio hacia sus fronteras.

A finales de 2016, anunció oficialmente que había firmado un acuerdo con Mali sobre la «readmisión» de migrantes ilegales. Ante el revuelo mediático, el gobierno maliense ha negado en repetidas ocasiones haber firmado tal acuerdo, pero la verdad está por decir.

La migración clandestina es un fenómeno global, con casi 7.500 muertes en todo el mundo en 2016, según estadísticas de la OIM.