Mali: ¿se dirigen los rebeldes tuaregs y ucranianos hacia una alianza?

Mali: ¿se dirigen los rebeldes tuaregs y ucranianos hacia una alianza?

Charly Hessoun

El norte de Malí asiste a un nuevo avance en el conflicto que lo asola desde hace más de una década, con la aparición de un posible acercamiento entre los rebeldes tuaregs y Ucrania. Esta evolución se produce tras la reconquista de Kidal por las fuerzas malienses en 2023, un acontecimiento que alteró el equilibrio de poder en la región. Kidal, considerada durante mucho tiempo un bastión de los independentistas tuareg, representaba un importante desafío para la autoridad central de Bamako. Su reconquista por el ejército maliense, apoyado por mercenarios rusos del grupo Wagner, parecía marcar un punto de inflexión en este conflicto polifacético. Sin embargo, los recientes acontecimientos en el norte del país plantean nuevos interrogantes sobre la estabilidad de la región.

Una situación militar cambiante

Los últimos enfrentamientos en el norte de Malí han provocado un marcado cambio en la situación sobre el terreno. Grupos armados separatistas, principalmente de origen tuareg, llevaron a cabo una operación militar contra una columna mixta del ejército maliense y mercenarios rusos cerca de Tinzaouatene, cerca de la frontera con Argelia. Esta acción se saldó con la captura de material militar y prisioneros, entre ellos una quincena de mercenarios rusos del grupo Wagner.

Una propuesta con implicaciones complejas

En un movimiento inesperado, los separatistas tuaregs ofrecieron entregar a Ucrania a los mercenarios rusos capturados. La oferta, hecha en un mensaje a sus «hermanos ucranianos«, plantea una serie de cuestiones éticas y geopolíticas. Al expresar su solidaridad con Ucrania, los rebeldes malienses intentan establecer un vínculo con un conflicto geográficamente distante, lo que podría tener complejas implicaciones para la estabilidad regional e internacional.

Este movimiento podría marcar el inicio de la colaboración entre los separatistas malienses y Ucrania. Los internautas ucranianos ya han reaccionado mencionando la posibilidad de suministrar drones a los rebeldes, aunque no es seguro que tales intercambios lleguen a producirse. Una alianza de este tipo, de materializarse, correría el riesgo de ser percibida como una injerencia exterior en los asuntos internos de un Estado soberano africano.

Consecuencias para la imagen de Ucrania y su diplomacia africana

La perspectiva de un acercamiento entre los rebeldes tuaregs y Ucrania plantea cuestiones preocupantes sobre la evolución del conflicto maliense y sus ramificaciones internacionales. Para Ucrania, que afirma estar librando una guerra defensiva en su propio territorio, una alianza con los separatistas de un país africano podría comprometer seriamente su imagen en la escena internacional.

Es probable que esta situación socave los esfuerzos diplomáticos de Ucrania en África. Desde el inicio del conflicto con Rusia, Kiev ha tratado de estrechar sus lazos con las naciones africanas, organizando cumbres y visitas diplomáticas de alto nivel. La implicación, aunque sea indirecta, en el conflicto de Mali podría verse como una flagrante contradicción de estos esfuerzos de acercamiento y cooperación.

Es más, dicha implicación podría tener consecuencias inesperadas para Ucrania. No se puede descartar que esta situación anime a los combatientes africanos a unirse al bando ruso en el conflicto ucraniano, como reacción a lo que podría percibirse como una injerencia ucraniana en África. Esto podría internacionalizar aún más el conflicto y complicar la situación de seguridad para Ucrania.

Implicaciones regionales y globales

Para el gobierno maliense, que ha roto con sus antiguos aliados occidentales para recurrir a Rusia, esta situación supone un nuevo reto político y de seguridad. La presencia de mercenarios rusos del grupo Wagner está ahora en el centro de una cuestión que se extiende más allá de las fronteras de Malí.

A escala regional, esta evolución podría alterar el frágil equilibrio entre los distintos actores del Sahel. Los países vecinos, ya preocupados por la inestabilidad de la zona, podrían ver con malos ojos la posible implicación de un extraño como Ucrania en los asuntos regionales.

La evolución de esta situación en las próximas semanas será crucial para comprender las implicaciones a largo plazo de estos acontecimientos. Es esencial que todas las partes implicadas actúen con prudencia y de acuerdo con el derecho internacional, teniendo como prioridad la estabilidad y la seguridad de Malí y de la región del Sahel. La comunidad internacional debe permanecer vigilante ante estas nuevas dinámicas, que corren el riesgo de redibujar los contornos geopolíticos de una región ya debilitada por años de conflicto.