Sahel: crear comunidades capaces de resistir las crisis

Sahel: crear comunidades capaces de resistir las crisis

Afriquinfos

Ha llegado el momento de romper el «círculo vicioso» de las crisis en el Sahel mediante el desarrollo proactivo de la capacidad de las comunidades pastorales y rurales para hacer frente a la sequía y otras conmociones, en lugar de ayudarles a recuperarse de los desastres a posteriori.

«No podemos evitar que se produzcan sequías o inundaciones, pero podemos poner en marcha medidas para evitar que se conviertan en hambruna», aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, a los participantes en un foro de alto nivel en la capital mauritana.

El evento de Nuakchot, centrado en las necesidades de las comunidades de pastores, es el primero de dos foros consecutivos sobre la creación de resiliencia rural en el Sahel, organizados por el Banco Mundial, el Comité Interestatal Permanente de Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS) y los gobiernos de Mauritania y Senegal. La segunda reunión, centrada en las necesidades de regadío de la región, tendrá lugar en Dakar (Senegal) los días 30 y 31 de octubre.

Un estilo de vida en peligro

Las malas condiciones meteorológicas y la escalada de los precios de los alimentos en los últimos años han provocado repetidas crisis alimentarias en el Sahel, dejando a muchas familias rurales en condiciones extremadamente precarias y vulnerables.

Entre los más afectados se encuentran los 16 millones de pastores de la región, comunidades dependientes del ganado que desplazan regularmente a sus familias y animales en busca de agua y pastos.

Aunque el pastoreo ha proporcionado durante mucho tiempo a estas comunidades un medio para adaptarse a las condiciones climáticas adversas y a la falta de tierras productivas, su vulnerabilidad a la sequía, las inundaciones y otras catástrofes está aumentando como consecuencia de la creciente competencia por el acceso al agua y los pastos.

El Sahel es -y probablemente seguirá siendo- una de las regiones del mundo más afectadas por el cambio climático, lo que significa que la sequía y otros fenómenos extremos no harán sino exacerbar las presiones sobre las comunidades de pastores.

«La resiliencia funciona»

En tiempos de crisis, los animales de los que dependen las familias de pastores para su subsistencia suelen perecer en grandes cantidades o se venden para cubrir las necesidades inmediatas. Es cierto que la venta de animales puede proporcionar un alivio temporal, pero también supone la pérdida de los únicos activos productivos de los hogares, dejándolos aún más vulnerables a futuras calamidades.

«Se trata de un círculo vicioso que hay que romper», declaró Graziano da Silva en su discurso de apertura del foro de Nuakchot.

«La única manera de poner fin a las emergencias recurrentes en la región es pasar de un modo reactivo a un modo proactivo y un enfoque integrado centrado en la resiliencia de los medios de subsistencia», añadió.

Se ha demostrado que la resiliencia funciona y es eficaz, no sólo para salvar vidas y medios de subsistencia, sino también para ahorrar dinero, argumentó el responsable de Naciones Unidas.

Citó como ejemplo el coste de contener un ataque de langostas en el Sahel, que en 2003-2004 ascendió a 500 millones de dólares. El año pasado se evitó una crisis similar gracias a inversiones oportunas de 8 millones de dólares que impidieron otra plaga de langosta.

De forma similar, los estudios demuestran que la alimentación suplementaria de los animales antes de que se produzca una crisis evita que sucumban a la sequía, epidemias u otras conmociones, y cuesta 16 veces menos que la compra de nuevos animales tras una mortandad masiva.

«En la FAO estamos convencidos de que la capacidad de recuperación es esencial para la seguridad alimentaria, y nos estamos asegurando de que se le dé mayor importancia en nuestro trabajo», aseguró Graziano da Silva.

Aumentar la resiliencia de los medios de subsistencia frente a las amenazas y crisis es uno de los cinco nuevos objetivos estratégicos establecidos recientemente por la FAO para orientar su trabajo.

Basarse en lo que funciona

Graziano da Silva citó una serie de áreas en las que una acción más específica puede ayudar a mejorar la capacidad de recuperación de las comunidades de pastores en el Sahel:

– Utilizar tecnologías móviles para mejorar el acceso de las comunidades a las previsiones meteorológicas y a la información sobre la cubierta vegetal, y permitirles trasladar sus animales a los pastos en consecuencia.

– Ampliar las oportunidades de «dinero por trabajo» que mejoran las infraestructuras rurales al tiempo que proporcionan redes de seguridad social.

– Garantizar la existencia de sistemas de alerta y respuesta tempranas, que también desencadenen intervenciones rápidas.

– Ofrecer diversas formas de asistencia directa a los pastores, especialmente en el ámbito de la sanidad animal.

– Apoyar la diversificación de los medios de subsistencia y la acumulación de activos por parte de los pastores.

Todos estos esfuerzos requerirán un esfuerzo conjunto de las comunidades locales, los gobiernos y la comunidad de desarrollo, concluyó José Graziano da Silva.

«Para aumentar la resiliencia, no podemos actuar solos. Tenemos que trabajar en asociación», añadió.