Lisa Schlein
Naciones Unidas afirma que la dramática escalada de los conflictos que asolan la región africana del Sahel ha aumentado el sufrimiento de millones de personas, muchas de las cuales ya vivían en circunstancias difíciles.
Las Naciones Unidas afirman que la prestación de ayuda humanitaria de emergencia a millones de personas en el Sahel se ha vuelto más compleja y peligrosa.
Los problemas de desnutrición infantil aguda e inseguridad alimentaria, epidemias y catástrofes naturales ya no pueden abordarse en un solo país. Se han convertido en problemas regionales y se derivan de la muerte, el desplazamiento y la destrucción de bienes causados por los conflictos.
El coordinador humanitario regional de la ONU para el Sahel, Robert Piper, afirmó que en un año el número de personas desplazadas dentro y fuera de sus países en la región ha pasado de 1,6 millones a 3,5 millones.
Dijo que buscan refugio en comunidades que son a su vez extremadamente vulnerables.
«El sur de Níger, la región de Difa, ya tiene a más de la mitad de su población en situación de inseguridad alimentaria, y ahora ha visto duplicada su población por los desplazados procedentes de Nigeria. «Muchas de estas personas también se desplazan con animales, por lo que esta dinámica tan peligrosa de desplazamiento se convierte en vulnerabilidad aguda».
Piper señaló que otras zonas problemáticas son Malí, donde la violencia parece agravarse a pesar de las negociaciones de paz; la región sudanesa de Darfur, donde la violencia renovada está empujando a la población hacia Chad; y la República Centroafricana, donde más de dos años de conflicto no dan señales de llegar a su fin.
Uno de los peores conflictos en curso es el del noreste de Nigeria, donde la insurgencia de Boko Haram ha desplazado a 1,3 millones de personas. El coordinador humanitario adjunto de la ONU en Nigeria, Munir Safieldin, afirmó que muchas mujeres y niñas han sido secuestradas y forzadas a la esclavitud sexual.
Dijo que se cree que casi 1.000 mujeres han sido rescatadas de Boko Haram, pero advirtió que se enfrentan a una difícil realidad.
«Algunas de estas niñas están embarazadas. Sin duda se trata de embarazos no deseados como consecuencia de violaciones. Y creo que algunas de ellas han dado positivo en las pruebas del VIH», dijo Safieldin.
«Sin duda, tendremos que aumentar muy pronto el nivel de asesoramiento psicosocial para ellas. Pero algunos de los retos actuales están relacionados con las opciones que tienen para reintegrarse en la sociedad», afirma. «¿Podrán algún día retomar su vida, casarse, tener sus propios hijos y su propia vida?».
Los funcionarios de la ONU confían en que las cosas mejoren con el nuevo presidente Muhammadu Buhari, que ha prometido un mayor compromiso militar para derrotar a Boko Haram.