La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha informado de que los talibanes están interfiriendo en las operaciones de las organizaciones de ayuda. Según la OCHA, la interferencia de los talibanes ha provocado la suspensión temporal de varios proyectos humanitarios en Afganistán. El informe señalaba que sólo en julio de 2024 se registraron 106 casos de injerencia talibán, que provocaron la suspensión temporal de 59 proyectos. La OCHA documentó casos de altercados físicos con trabajadores humanitarios, junto con interferencias en los procesos de adquisición y dotación de personal de las organizaciones humanitarias. De los 106 incidentes de violencia contra trabajadores humanitarios registrados por la OCHA, 20 estaban relacionados con el género. La OCHA también destacó que una de cada dos personas en Afganistán vive en la pobreza, con el 80% de los hogares ganando menos de un dólar al día. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha declarado que para octubre de 2024, 12,4 millones de personas en Afganistán se enfrentarán a una grave inseguridad alimentaria.
El informe de la OCHA destaca la interferencia generalizada de los talibanes en las operaciones humanitarias. Se hace hincapié en el difícil entorno operativo en Afganistán, debido a las restricciones de acceso. En julio de 2024, se informó de 106 incidentes de interferencia en la ayuda humanitaria, que llevaron a la suspensión temporal de 59 proyectos. Aunque las interferencias de los talibanes disminuyeron en un 37% en comparación con el mismo periodo del año pasado, se produjo un aumento del 39% con respecto al mes anterior, lo que indica que las organizaciones de ayuda siguen teniendo dificultades. El informe señala además que estos desafíos son más frecuentes en las regiones occidentales, meridionales y centrales de Afganistán, y que los incidentes más comunes son «interferencias en las actividades humanitarias», «altercados físicos» y «violencia contra los trabajadores humanitarios, los bienes y las instalaciones».
En julio de 2024, el 73% de los incidentes notificados se referían a interferencias de los talibanes en actividades humanitarias, suspendiéndose 37 proyectos. Estos incidentes incluyeron intentos de influir en la selección y contratación de beneficiarios, exigencias de información sensible, incluidos datos de beneficiarios y personal, y retrasos en la firma del memorando de entendimiento. Además, 14 incidentes naturales en seis provincias afectaron a las entregas humanitarias, lo que provocó la suspensión temporal de 13 proyectos. Las catástrofes naturales, incluidas las inundaciones y las nevadas, crearon graves problemas en todo el país en 2024. De enero a julio de 2024, 165.763 personas en todo Afganistán se vieron afectadas por desastres naturales, que causaron la muerte de 507 personas, heridas a 799, daños a 13.135 casas y la destrucción de 6.127 hogares.
La OCHA informó de que 20 de los 106 incidentes ocurridos en julio de 2024 tenían aspectos relacionados con el género. Estos incidentes incluyeron restricciones a la participación de las mujeres en las evaluaciones, prohibiciones de su participación en los lugares de distribución y amenazas contra las trabajadoras humanitarias. La OCAH subrayó que estos incidentes interrumpieron servicios esenciales para las beneficiarias y pusieron en peligro la seguridad de las trabajadoras humanitarias.
Además, la OCAH documentó siete incidentes de «violencia contra el personal humanitario, los bienes y las instalaciones» en julio de 2024, que incluyeron la detención de 10 trabajadores humanitarios. Estos incidentes, que van desde agresiones físicas a amenazas contra el personal y las instalaciones, demuestran el impacto perjudicial en la prestación eficaz de la ayuda humanitaria. La OCHA hizo hincapié en que estas acciones de los talibanes no sólo ponen en peligro la seguridad y el bienestar de los trabajadores humanitarios, sino que también obstaculizan su capacidad para llevar a cabo tareas esenciales. Según los informes, un trabajador humanitario fue detenido por los talibanes por prestar servicios a mujeres, y otros cinco fueron detenidos durante las visitas de los talibanes a sus oficinas.
El informe también destacaba que los talibanes emitieron 72 directivas en 2024 que han afectado significativamente a la ayuda humanitaria en Afganistán. Sólo en julio de 2024, se emitieron 10 directivas en diversas regiones, incluidas las zonas sur, sureste, noreste y central de Afganistán. Según la OCAH, la mayoría de estas directivas talibanes tenían por objeto reforzar los procedimientos existentes. Los principales emisores de estas directivas fueron las direcciones económicas provinciales (siete directivas), seguidas de las direcciones sanitarias provinciales (dos directivas) y el Ministerio de Rehabilitación y Desarrollo Rural (una directiva).
La OCHA señaló además que una de cada dos personas en Afganistán vive en la pobreza, y que el 80% de las familias gana menos de un dólar al día. El programa de ayuda humanitaria de Afganistán ha sido financiado sólo en un 25% para el año en curso. La OCHA hizo hincapié en la necesidad de un mayor apoyo para salvar vidas en Afganistán.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha advertido de que entre mayo y octubre de 2024, 12,4 millones de personas en Afganistán se enfrentarán a una grave inseguridad alimentaria. El informe del PMA señala que casi 2,5 millones de personas necesitan ayuda alimentaria inmediata, y de los 3,9 millones de personas afectadas, 2,8 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición grave.
Anteriormente, el Global Campus of Human Rights, una organización de derechos humanos, informó de que el pueblo de Afganistán, bajo el régimen talibán, está sufriendo una crisis humanitaria sin precedentes. La organización señaló denuncias de discriminación étnica en la asignación y distribución de la ayuda por parte de los talibanes y las organizaciones de ayuda.
Esta organización de derechos humanos calificó de calamitosa la situación de la comunidad LGBTQ de Afganistán, afirmando que se enfrentan a graves amenazas de seguridad y carecen de acceso a la ayuda humanitaria. En algunos casos, a las personas con discapacidad también se les ha negado el acceso a la ayuda. La organización, citando al Comité Internacional de Rescate (IRC), advirtió de que la actual crisis humanitaria podría provocar muertes entre los ciudadanos afganos.
Anteriormente, el Hasht-e Subh Daily obtuvo un informe en el que se indicaba que el Ministerio de Economía talibán había dado instrucciones a las organizaciones internacionales para que proporcionaran capacitación a las organizaciones creadas por los talibanes y les concedieran contratos. Los talibanes exigían cifras presupuestarias y obligaban a las organizaciones extranjeras a consultar con el Ministerio de Economía antes de presentar propuestas de contratos.
Desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán, la pobreza y el hambre han empeorado, y millones de personas han abandonado el país. El desempleo persistente, la represión generalizada de los talibanes, el confinamiento de las mujeres y los actos de represalia del grupo han agravado los problemas de Afganistán. En las redes sociales han aparecido imágenes de hombres llorando ante las cámaras debido a la pobreza y el desempleo. En un vídeo, un joven de la provincia de Nangarhar contaba que, tras dormir en la mezquita de Pul-e Khishti, le robaron el teléfono y el dinero.
Mientras tanto, los talibanes han eludido la responsabilidad de abordar la crisis humanitaria del país. El mulá Hasan Akhund, primer ministro de los talibanes, declaró que no habían prometido proporcionar alimentos al pueblo afgano y que los ciudadanos debían pedir ayuda a Dios para paliar la hambruna y la sequía.