Afriquinfos
Las inundaciones en el Sahel, causadas por lluvias torrenciales, se han cobrado ya más de 200 vidas y han afectado a más de un millón de personas en Senegal, Níger, Nigeria y Sudán. También se han producido considerables pérdidas materiales como consecuencia de estas catástrofes.
Las catástrofes que afectan actualmente al Sahel han sido calificadas de «excepcionales» por Guillaume Favreau, hidrólogo y representante del Instituto de Investigación y Desarrollo de Níger.
En opinión de varios especialistas del agua, hay causas ligadas a la temporada de lluvias de este año, con su mayor pluviosidad. También hay causas a más largo plazo, como el aumento de las precipitaciones observado y previsto en toda África Occidental.
También hay causas locales, como el encenagamiento del terreno alrededor de Niamey, observado por la población local y relacionado con una erosión muy importante del suelo en un radio de unos cincuenta kilómetros, y la deforestación muy importante en las cuencas de los ríos Niamey, Sirba y Dargole (que son ríos muy caudalosos que llegan hasta Burkina Faso) para obtener carbón vegetal y leña.
La extracción de oro y la deforestación rural también provocan fuertes escorrentías en algunas laderas. Esta combinación de factores explica la abundancia de inundaciones, sobre todo en la orilla derecha del río Níger.
¿Hay alguna forma de salvar la situación, o debemos esperar lo peor? Para responder a esta pregunta, «hay medidas a corto plazo, como la construcción de diques, pero hay que hacerlo según las reglas del oficio, así como medidas a largo plazo para reforestar estas cuencas. Hay que tener en cuenta la deforestación a largo plazo mediante acciones que ahora son claramente visibles y que hacen que acontecimientos de esta magnitud sean, desgraciadamente, más probables en los próximos años que en el pasado», afirma el hidrólogo Guillaume Favreau.
Daños en los cultivos agrícolas
Como consecuencia del mal tiempo en el Sahel, los cultivos de Níger y Nigeria han quedado completamente destruidos: en Niamey, a orillas del río, los arrozales desaparecieron bajo las aguas hace varias semanas. Los miles de arroceros que abastecían a la capital se enfrentan a una temporada difícil.
En total, las inundaciones han destruido más de 5.500 hectáreas de cultivos en Níger, destruyendo potencialmente decenas de miles de toneladas de arroz que tendrán que ser sustituidas por importaciones, a pesar de que el país ya compra en el extranjero dos tercios del arroz que consume. Su vecino Nigeria es uno de sus proveedores, pero también aquí la situación es difícil.
El estado de Kebbi, en la frontera con Níger, ha perdido 450.000 hectáreas de arrozales, según la Asociación Nigeriana de Cultivadores de Arroz, lo que supone dos millones de toneladas menos de arroz que los ocho millones previstos para este año. Un desastre para el gigante de África Occidental, primer productor mundial de arroz y también primer importador de arroz de África. Además del estado de Kebbi, otros estados como Kano, Enugu, Jigawa y Nasarawa también están afectados. Se están realizando evaluaciones, y los cultivos de sorgo, mijo y maíz se han visto afectados, según varios testigos.