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Según el especialista en Sahel Jean-Claude Félix-Tchicaya de la estrategia antiterrorista en el Sahel es un fracaso con 465 atentados yihadistas perpetrados en 2018. «La lucha contra el terrorismo en el Sahel es un fracaso y urge repensar la estrategia», lamentó en el Foro sobre Paz y Seguridad en África, inaugurado este lunes en Dakar.
Según Tchicaya, urge elaborar una nueva estrategia para hacer frente a los grupos terroristas, que tienen una estrategia bien definida y aprovechan los errores de una coalición que no habla lo suficiente entre sí. A continuación, señaló que las estrategias aplicadas están desgastadas: desde el principio, tenían como principal objetivo apaciguar a los grupos disidentes del norte de Malí, pero como resultado han fomentado la «balcanización» de una parte del Sahel. Por decirlo claramente: a medida que los Estados se agotaban financieramente, las formas étnicas de autodefensa se organizaron creando milicias. Pero esto provocó un aumento de los enfrentamientos interétnicos y debilitó el norte de Malí y parte de Burkina Faso.
El Primer Ministro francés, Edouard Philippe, presente en Dakar con motivo de la misma reunión, instó a los países de África Occidental a «no dejar ninguna oportunidad, ningún punto de apoyo» a los grupos yihadistas en el Sahel.
«Una cosa es cierta: los grupos yihadistas se aprovecharán, en cuanto puedan, de nuestras debilidades, de nuestra falta de coordinación o de nuestras insuficiencias en términos de medios, compromisos o formación», declaró, llamando a «mirar la situación a la cara», «en todos sus matices y a veces en su verdad más cruel».
Pero aunque Francia lleva implicada en la región desde 2013, y Emmanuel Macron lleva dos años esperando a que el G5 Sahel -una fuerza formada por tropas de Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger que se supone que tomará el relevo de la operación Barkhane- cobre impulso, los resultados han sido negativos. Por ello, cada vez son más los observadores que piden un cambio de estrategia en la lucha antiterrorista.
Es el caso, en particular, de Jean-Claude Félix-Tchicaya, investigador del Instituto de Prospectiva y Seguridad en Europa (IPSE) y especialista del Sahel, entrevistado por France 24, quien considera que «las estrategias que se están aplicando están desgastadas hasta los huesos» y que es hora de que los gobiernos escuchen «la geopolítica de los pueblos».
Además, la coordinación entre los Estados implicados ha sido insuficiente, a pesar del apoyo de varios Estados extranjeros, lo que ha provocado una desunión de fuerzas. Resultado
Más allá de la falta de comunicación entre los Estados implicados, el principal problema es la falta de respuesta política de los distintos gobiernos. En el Sahel existen problemas económicos, educativos y sanitarios de los que se nutren los grupos terroristas. Pero los dirigentes en el poder utilizan la ayuda internacional para mantenerse en el poder y no para resolver los problemas sociales.
Hoy, los pueblos de África exigen un cambio, porque asisten a un foro de paz tras otro y, al mismo tiempo, son testigos del aumento de la inseguridad.
Los militares no bastarán para resolver la crisis de gobernabilidad y las crisis sociales. Francia sabe muy bien que los 4.500 soldados de la operación Barkhane son inútiles si no hay una estrategia común. Por tanto, Édouard Philippe debe animar a los Estados del Sahel a trabajar juntos, que es lo que hizo en su discurso del lunes por la mañana. Pero también debe escuchar absolutamente a las organizaciones civiles -sindicatos, investigadores, partidos de la oposición- que piden a Francia que cambie su diplomacia y su forma de actuar con algunos gobiernos en disputa.